XII

4 2 1
                                    

Han pasado cerca de tres semanas desde el incidente con lo de la maestra, y la vida ha continuado transcurriendo con normalidad. Me he sentido abrumada por la presión de las clases, pues de un momento a otro, las tareas acumuladas parecen ser incontrolables.

Aunque he hablado poco con Giseth últimamente, he disfrutado mucho el tiempo que he pasado con Grey. Aunque las clases y el estrés continuan, la compañía de el ha sido un respiro para mí en esta situación. Me alegra que, incluso en tiempos difíciles, todavía puedo encontrar momentos de felicidad y relajamiento junto a él.

Desafortunadamente, no se llevó a cabo ninguna ceremonia en memoria de la chica fallecida. Me hace cuestionarme "te vas a morir y nadie te recordará". Es como si su muerte hubiera pasado desapercibida para todos y no hubiera dejado ningún impacto real. Me sorprende y entristece no ver ningún homenaje o gesto de recuerdo hacia ella, como si su vida y presencia hubieran sido simplemente olvidadas.

Me encuentro sentada en la biblioteca en una mesa con mi compañera de clase, trabajando en silencio mientras escribimos y de repente me entra un bostezo incontrolable. Mi mente y cuerpo están cansados debido a la falta de sueño y al estrés de las demandas de las tareas en mi contra. Mi visión se nubla ligeramente por unos momentos, pero sacudo la cabeza tratando de alejar la pesadez del sueño.

Trabajando en silencio mientras escribimos. El ambiente en el lugar es tranquilo, solo se puede escuchar el sonido de nuestros lápices deslizándose sobre el papel mientras vamos completando el trabajo en conjunto. A pesar de la concentración que requiere la tarea, de vez en cuando intercambiamos miradas y algún que otro comentario, pero en general mantenemos un silencio mutuo para poder avanzar con el proyecto.

Observo cómo mi compañera trabaja en silencio, pero mi atención se dirige nuevamente a sus muñecas, donde un gran moretón de color morado se destaca en cada una. La preocupación aumenta en mi mente mientras me pregunto sobre la causa de los moretones. Pero mantengo el silencio, sin querer romper la concentración del momento.

—Ya termine mi parte. —Me informar, pero sigo con la mirada puesta en los moretones. Al darse cuenta de que e estado mirando eso, ella se apresura a taparlos con las mangas de su camisa de forma rápida y brusca, evitando que los siga viendo.

—Bien. —digo con calma, fingiendo que no pasó nada. Sin embargo, en mi mente repaso una y otra vez los moretones en sus muñecas y todas las posibilidades de cómo se los pudo haber provocado.

Denise es muy abierta y habla con todo el mundo. Incluso tiene una especie de competencia con uno de nuestros profesores porque ambos hablan mucho, aunque ella niega esto. Sin embargo, me sorprende que no haya dicho nada sobre los moretones en sus muñecas, ya que dada su personalidad, normalmente comentaría sobre cualquier cosa que le pasara.

Y estos días se la a pasado callada.

—Entonces, ya me voy. —dice ella, con un tono algo apresurado. Recoge sus cosas muy rápido y se dirige hacia la puerta, evitando mirarme a los ojos.

Agarro a su mano justo cuando estaba a punto de de abrir la puerta, y ella se sobresalta ante el contacto repentino. Giro levemente su brazo hacia mí, pero al hacerlo me percato de cómo ella chilla y se revisa la mano con expresión de dolor. Me apresuro a soltar su brazo y veo una expresión de enojo en su rostro.

—¿Estas bien?

—Sí, sí, sí. —Dice y se aleja velozmente, sin detenerse a responderme más allá de esa corta respuesta. Observé cómo se va, dejando su respuesta escueta y rápida en el aire.

¿Que le habrá pasado?

El sonido inesperado de mi celular rompe el silencio de mis pensamientos y miro la pantalla para descubrir que es una llamada de mi mamá. Inmediatamente contesto, tratando de ser discreta y sin que ningún maestro se dé cuenta de que tengo un celular.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 22 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Laila Donde viven las historias. Descúbrelo ahora