Song No.5

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5. Entre Caníbales - Soda Stereo

Mikasa lanzó el primer golpe, un puñetazo directo al rostro de Annie, se agachó justo a tiempo sintiendo otro golpe pasar cerca de su cara, trató de ponerse en posición de defensa, cuando sintió el puño de Mikasa estamparse contra su estómago, se dobló en dos jadeando.

La pelea se intensificó rápidamente. Annie recuperó el aliento y contraataco con una patada, Mikasa la bloqueó con su antebrazo y en un rápido giro la tomó por el brazo lanzándola contra la pared.

Levantandose tambaleante con una sonrisa torcida —¿Eso es todo lo que tienes?— gruñó, limpiando la sangre que caía de su boca. Mikasa no respondió, sus ojos fijos en su oponente.

Se acercó lentamente, como meditando cada paso, rápidamente se abalanzó sobre ella tomándola por el cuello de la chaqueta. Annie cerró los ojos a espera del impacto que jamás llegó, en cambio sintió como los labios de su oponente chocaban con los suyos.

Sus labios suaves y el sabor dulce de su boca la hicieron olvidarse de su anterior encuentro, sus manos trazaron un camino por la espalda de la azabache antes de subir hasta su nuca y enredar sus dedos en el corto cabello negro, tirando levemente de el, haciendo que un pequeño jadeo se escapara de la más alta.

Se separaron, buscando controlar sus agitadas respiraciones. Sus labios volvieron a juntarse, esta vez en un beso aún más necesitado, sus bocas se movían de forma ruda sobra la otra en una lucha por el control, buscando devorar a la otra.

Los besos rápidamente se tornaron mordidas que bajaron desde su mandíbula hasta su cuello, donde la pelinegra repartió mordidas y chupetones, marcando la blanca piel como suya. Sus manos se escabulleron debajo de la camisa de Mikasa, recorriendo su abdomen marcado.

La boca de Mikasa abandonó su cuello, repartiendo besos hasta subir a su rostro, donde dejó un tierno beso en los hinchados labios de la rubia. —No tienes idea de cuanto tiempo esperé este momento — susurró, trazando pequeños círculos en las mejillas con sus pulgares.

Mikasa habia estado evitando esto por mucho tiempo, sintiéndose incapaz de perdonar la traición de Annie,  sintiendo que amarla era incorrecto, con el tiempo, Mikasa comprendió que su amor por Annie era tanto su salvación como su condena, que era algo que necesitaba. Estaba dispuesto a ser consumida por ella, a entregarse por completo, aunque eso significara perderse a sí misma. Porque en ese amor salvaje y destructivo, había encontrado la verdad de su existencia.

Se entregaron la una a la otra esa noche a pesar del rencor que Mikasa le guardaba y el remordimiento que perseguía a Annie, ambas seguían necesitando de la otra como siempre lo habian hecho, en una extraña mezcla de amor y destrucción dónde cada una arrancaba de la otra lo que necesitaba y le daba a su contraria lo mismo, en una compleja muestra de amor que solo ambas comprendían. Pero el amor que ellas tenían no era como cualquier otro. Era un amor voraz, que las consumía desde dentro. Cada caricia, cada beso, era una mezcla de placer y dolor. Se devoraban mutuamente, como caníbales, saboreando cada momento con una pasión insaciable.















Holasssss ¿adivinen quién ha vuelto?

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⏰ Última actualización: Sep 21 ⏰

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