Juro Que No Codicié A La Heroína Luz De Luna Negra [GL]

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La luz del sol se inclinaba ligeramente hacia el oeste, proyectando un cálido resplandor sobre el sofá sin que se notara el final del día. Lu Shizhen seguía de pie en la puerta, sumida en sus pensamientos, cuando vio que la hermosa mujer del sofá se volvía hacia ella con una sonrisa.

El gran anillo de diamantes en el dedo de la mujer captó la luz, parpadeando dos veces en la línea de visión de Lu Shizhen. Entonces oyó que la mujer, que parecía sólo unos años mayor que ella, la llamaba suavemente: "Zhenzhen, ven con mamá".

¿Mamá?

Lu Shizhen quedó desconcertada por la autoreferencia de la hermosa mujer. Qiuqiu, detectando la presencia de un nuevo personaje, la presentó rápidamente: "Esta es tu madre en este mundo, la señora Cheng Meiyan. Tiene cuarenta y cinco años y actualmente administra el negocio de la familia Lu con tu hermano, Lu Shize".

Al oír esto, el asombro de Lu Shizhen fue en aumento. Miró fijamente a la hermosa mujer que le hacía señas para que se acercara. La luz caía sobre su rostro, que no mostraba ningún rastro de edad.

Esta mujer no parecía tener cuarenta años. Podía pasar fácilmente por veinte. Su piel estaba en mejores condiciones que el cuerpo de veinte años de Lu Shizhen en su mundo original.

Mientras Lu Shizhen se maravillaba de tener una madre tan "joven", una voz furiosa llegó desde no muy lejos: "¡Así que tú eres la que pegó a mi hija, mocosa inculta! Te voy a enseñar..."

La mujer, furiosa, estaba a punto de abalanzarse sobre Lu Shizhen para darle una lección, pero tropezó con algo antes de poder dar unos pasos. Lu Shizhen ni siquiera se inmutó al ver a la mujer brillantemente vestida tropezar y caer al suelo de forma cómica.

La luz del sol se atenuó ligeramente, haciendo la habitación un poco más oscura. Xu Shiyue ajustó su posición sentada y retiró silenciosamente el pie del pasillo.

Sin esperar a que la mujer se diera la vuelta y la interrogara, Xu Shiyue dijo con calma: "Tía Sun, soy ciega. Por favor, perdóneme".

Su voz era tranquila y fría, claramente en desventaja, pero no sonaba sumisa en absoluto. En su lugar, utilizó su debilidad actual para describir fríamente la desgracia autoinfligida de la mujer.

La mujer, llamada tía Sun, parecía muy avergonzada. Se puso en pie, señalando enfadada a Xu Shiyue: "¡Lo has hecho a propósito!".

Pero antes de que pudiera extender del todo la mano, otra mano la apartó. Cheng Meiyan, con su larga cabellera ondulante, advirtió con severidad: "Madre de Sun Chenchen, ¿piensas disciplinar a mis dos hijos delante de mí?".

Cheng Meiyan había practicado Sanda durante varios años, lo que la convertía en una oponente que la madre de Sun no podía igualar.

Wu Qing, la profesora de Lu Shizhen, se interpuso rápidamente entre las dos mujeres para evitar más caos. "Señoritas, estamos aquí para resolver el problema, no para pelear. Sentémonos y hablemos de esto".

"Acabamos de revisar las imágenes de vigilancia de ayer. Es cierto que Lu Shizhen fue el primero en actuar, pero las palabras de Sun Chenchen también fueron..."

"Señora Wu, ¿qué quiere decir con eso? ¿Está diciendo que mi Chenchen se equivocó?". interrumpió en voz alta la madre de Sun, señalando a su hija, Sun Chenchen, que seguía llorando. "¿Así que en esta escuela está bien pegar a alguien sólo por unas palabras?".

"Anoche llevé a Chenchen al hospital. Tiene heridas en los tejidos blandos y un diente flojo. ¿Qué va a hacer la escuela al respecto?".

La madre de Sun hablaba con un fervor justiciero, como si hubiera llegado la justicia en persona. Cheng Meiyan escuchó y soltó una carcajada burlona, replicando sin echarse atrás: "Nuestra Zhenzhen siempre ha tenido un fuerte sentido de la justicia y no soporta a los matones. Xu Shiyue es una niña tan buena que no se deja avasallar por nadie. Su hija se lo ha buscado".