⚜️ Capítulo 9 ⚜️

72 12 0
                                    

💙~Maratón 3/3~💛

9 años antes, Busan

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


9 años antes, Busan.

Jeon se paseaba por la habitación principal de su finca en Busan sin dejar un centímetro cuadrado por abarcar, procesando en que hace tan solo tres horas estuvo a nada de morir, pero entre tanta rabia encontraba paz, gracias a un exquisito aroma a vainilla y proveniente de un omega que dormitaba entre sus sábanas de seda.

Y era cuando se detenía para observarlo.

Nunca imaginó que el portador de semejante delicia para Nochu fuera tan hermoso, de hecho, cuando lo vio en aquel cuartucho por el cual lograron escapar, se quedó sin habla y aturdido por unos segundos. En otras circunstancias le hubiese disparado sin meditar, pero su físico le impactó antes de comprobar que tenía el mismo aroma que tanto le afectó cuando llegó al club. Que ese fue el omega causante de su desconcierto.

Era delgado, de piel blanca como la porcelana, con unos ojos llamativos de color avellana, unos labios gruesos que perfilaban la figura de un perfecto corazón, y un rostro que encajaba de forma excelente con su cabello dorado y sus delicadas facciones. Sin hacer hincapié en que a pesar de su extremada delgadez, el chico poseía curvas en los lugares correctos. Cuando coincidieron en el taquillero no lo notó porque fue muy rápido, pero su lobo hizo de las suyas y aprovechó la situación de su inconsciencia para detallarlo desde la uña del dedo gordo del pies hasta la última hebra rubia de su cabellera cuando estuvo en sus brazos y necesitaba supuestamente acostarlo limpio en su cama.

Sí, obvio que se sintió como un canalla, más cuando se escudó cobardemente en que debía cambiarlo de ropa porque las del omega estaban sucias, no obstante, se contuvo y no lo tocó por mucho que su lobo rogara y él siempre le hiciese caso a su fiel compañero de toda la vida. Lo que en el fondo algo le decía que eso estaba mal, que no era correcto y que ya la cagó por no contener los impulsos salvajes de Nochu. Así que se dignó a mirarlo desde la distancia, como hace ahora, y es que no era una tarea fácil. Jungkook fue educado como un rey, como alguien que se ganó el favor de todos solo por nacer y con la consigna de que nunca se cohibiera de lo que deseara. Lo que el heredero Jeon quería, el heredero tenía y punto, no había pauta para la negociación.

¡Y ahora quería al omega!.

Lo que algo remoto muy incrustado en su pecho se lo impedía y era por eso que luego de quedar ensimismado por lo bien que se veía en la comodidad de su cama, siendo iluminado por la tenue luz de la lámpara de noche, desviaba sus ojos y lo ignoraba; o eso trataba, porque ese patrón se repetía en bucle en el joven alfa desde que retornó a casa con dos omegas.

Jimin, nuestro Jimin.

Así se llamaba... y una sonrisa le nacía al recordarlo.

Era un nombre con gran significado y adecuado para alguien tan bello como él. Le comentaba en silencio a su eufórico animal, quien concordaba plenamente, es más, hasta parecía que entró en un estado de celo raro porque sentía una electricidad recorrer su piel que lo atraía hacia el omega, pero no era excitación como tal. Era algo como encantamiento; y en el instante en que se convencía así mismo de que era una etapa momentánea, rompía la química y retornaba a analizar los hechos de hoy.

Hate You | Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora