INSTINTO (Ghost X Soap)

La Decisión

Los días pasaron, y aunque la tensión en la base parecía haberse reducido, Soap no podía dejar de pensar en la conversación que había tenido con Ghost. Las palabras de su compañero resonaban en su mente cada vez que se encontraba solo, y la promesa de protección que Ghost le había ofrecido lo inquietaba tanto como lo reconfortaba.

Un día, después de un entrenamiento intenso, Soap decidió tomar un poco de aire fresco. Se dirigió a la azotea de la base, un lugar que casi nadie frecuentaba. Desde allí, podía ver el vasto paisaje árido que rodeaba el complejo, un recordatorio constante de la hostilidad del entorno en el que vivían y trabajaban.

Mientras observaba el horizonte, perdido en sus pensamientos, escuchó pasos detrás de él. No necesitó voltear para saber quién era. Ghost tenía una forma de moverse que, aunque silenciosa, siempre dejaba una impresión.

"¿Pensando en algo importante?" preguntó Ghost, acercándose hasta estar a su lado. Su tono era más relajado de lo habitual, como si estuviera intentando hacer que Soap se sintiera más cómodo.

Soap suspiró, sin apartar la vista del horizonte. "No puedo dejar de pensar en lo que me dijiste," confesó. "Sobre tener un Alfa... sobre nosotros."

Ghost asintió lentamente, como si hubiera anticipado esa respuesta. "Es una decisión importante, Johnny. No te apresures en tomarla."

"Lo sé," respondió Soap, finalmente volviéndose hacia él. "Pero, si soy honesto, no sé qué hacer. Por un lado, quiero protegerme, pero por otro... no quiero que esto cambie nuestra relación."

Ghost lo miró con seriedad. "Nuestra relación ya ha cambiado," admitió. "Desde el día en que decidí intervenir, algo cambió. Y no me arrepiento de eso. Solo quiero que sepas que, sea lo que sea que decidas, yo estaré aquí. No porque sienta que es mi deber, sino porque quiero estar aquí para ti."

Las palabras de Ghost eran firmes, pero cargadas de una emoción que rara vez dejaba entrever. Soap lo observó, sintiendo una calidez en su pecho que no había sentido en mucho tiempo. Sabía que, en el fondo, Ghost tenía razón. Las cosas ya no eran las mismas, y quizás nunca lo serían. Pero eso no significaba que debiera tener miedo al cambio.

"¿Y si acepto?" preguntó Soap en un susurro, casi temeroso de las implicaciones. "¿Qué pasaría después?"

Ghost dio un paso más cerca, invadiendo suavemente el espacio personal de Soap, pero sin imponer su presencia. "Si aceptas, Johnny," dijo con voz baja, "yo estaré aquí para ti, para protegerte, apoyarte, y hacer que nadie más te toque. Serás mío, pero también tendrás el poder de decir lo que necesitas. Esto no se trata solo de protección. Se trata de confianza, de construir algo juntos."

Soap sintió cómo el peso de su incertidumbre empezaba a aligerarse. La forma en que Ghost hablaba, con una mezcla de autoridad y respeto, le hacía sentir que tal vez, solo tal vez, esta podría ser la decisión correcta.

"Lo haré," dijo Soap finalmente, mirando a Ghost directamente a los ojos. "Acepto."

Ghost se quedó quieto por un momento, como si estuviera asegurándose de que había escuchado bien. Luego, una pequeña sonrisa—apenas visible, pero innegable—se formó en sus labios. "Entonces, es un trato," respondió, extendiendo su mano.

Soap tomó la mano de Ghost, sintiendo la firmeza y seguridad en su agarre. Era más que un apretón de manos; era un pacto silencioso entre ambos, un acuerdo que cambiaría la dinámica de su relación para siempre.

Mientras ambos permanecían en silencio, observando juntos el atardecer, Soap sintió una nueva sensación de esperanza. Sabía que el camino por delante no sería fácil, pero con Ghost a su lado, tenía la certeza de que no tendría que recorrerlo solo.