La llegada de la primavera trajo consigo un ambiente renovado en la base. Las flores empezaban a florecer alrededor de las instalaciones, llenando el aire con un aroma dulce y fresco. Soap estaba terminando una ronda de informes cuando, de repente, alguien llamó a la puerta de su oficina.
“Adelante,” dijo sin levantar la vista de la pantalla.
Keegan apareció en el umbral con un ramo de flores en la mano, una sonrisa leve, pero amigable, asomándose bajo su máscara. “Para ti, Johnny,” dijo, extendiendo las flores hacia él.
Soap, algo sorprendido, tomó el ramo y lo olió con una sonrisa divertida. “¿Qué es esto, Keegan? ¿Primavera y flores, eh?”
Keegan asintió. “Un pequeño gesto. La base está más alegre con las flores, pensé que te gustaría tener algunas.”
Antes de que Soap pudiera responder, Price entró en la oficina con una expresión seria, habiendo sido testigo de la escena. “Keegan, ¿flores para Soap? No quiero problemas, especialmente con Ghost en el equipo. Ya sabes cómo se pone. Este tipo de gesto podría ser malinterpretado.”
Keegan levantó las manos en señal de paz. “Solo es un regalo, Price. No significa nada.”
Price asintió lentamente, pero su mirada se fijó en Soap. “Aún así, Soap, sería mejor si guardas esas flores. No quiero que Ghost se entere y se forme un malentendido innecesario.”
Soap rodó los ojos, sabiendo muy bien a qué se refería Price. “Tranquilo, Price. Las guardaré donde no las vea.”
“Más te vale,” respondió Price antes de darle una palmada en el hombro a Keegan y salir de la oficina.
Keegan se despidió con una leve inclinación de cabeza y desapareció también. Soap, aún sosteniendo el ramo, lo miró por unos segundos, sabiendo que lo correcto era guardarlo… aunque no pudo evitar colocarlo en un jarrón en un rincón apartado de su cuarto. Sólo por hoy, pensó.
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Más Tarde Esa Noche
Ghost llegó tarde esa noche, exhausto después de una misión que había durado más de lo previsto. Entró en la habitación que compartía con Soap, con ganas de deshacerse del equipo y dormir al lado de su Omega.
Sin embargo, en cuanto cerró la puerta, algo le llamó la atención. Un aroma que no reconocía. No era el habitual olor a frutillas y chocolate de Soap, sino algo más… floral. Inmediatamente, Ghost se puso en alerta.
Comenzó a olfatear el aire, intentando encontrar el origen del aroma, su cansancio reemplazado por una sensación incómoda de sospecha. Tras revisar la habitación de un lado a otro, encontró un pequeño jarrón en la esquina, con las flores que Keegan le había dado a Soap.
Ghost se quedó mirando las flores por un momento, con el ceño fruncido. Un calor se le acumuló en el pecho, y sin pensarlo dos veces, agarró el jarrón y fue directo a buscar a Soap.
“¡Johnny!” gritó, su voz firme resonando en la casa.
Soap, que estaba en la sala revisando algunos archivos, se asomó a la puerta con una expresión confundida. “¿Qué pasa, Simon?”
Ghost sostuvo el jarrón con las flores, su mirada fija en él. “¿De dónde salieron estas?”
Soap reconoció las flores inmediatamente y se encogió de hombros, intentando restarle importancia. “Ah, eso… me las dio un conocido. Nada serio.”
Esa respuesta no calmó a Ghost en lo absoluto. Al contrario, su mandíbula se tensó y sus ojos brillaron con una mezcla de ira y dolor. “¿Un conocido? ¿Quién diablos te da flores, Johnny?” preguntó, su voz rompiéndose ligeramente al final.
Soap parpadeó, sorprendido por la intensidad de la reacción de Ghost. “Simon, solo fue un gesto amable. Keegan me las dio por la llegada de la primavera.”
Ghost apretó los puños, bajando la mirada hacia las flores antes de soltarlas bruscamente en el suelo. “¿Keegan? ¿Flores de otro Alfa?” Su voz temblaba ahora, y cuando levantó la cabeza, Soap notó algo que jamás había visto en él: lágrimas en sus ojos. “¿Me estás dejando por otro?”
Soap se quedó congelado por un segundo, sin saber cómo reaccionar. “¿Qué? No, Simon, claro que no,” respondió, caminando hacia él rápidamente. “Estás exagerando.”
Pero Ghost, claramente herido, retrocedió un paso, limpiándose torpemente una lágrima de la mejilla. “¿Exagerando? Soy tu Alfa, Johnny. ¿Y ahora recibes flores de otros? ¿Cómo no voy a pensar que me estás cambiando por alguien más?”
La voz rota de Ghost hizo que Soap sintiera un nudo en el pecho. Sin pensarlo dos veces, lo abrazó fuerte, apoyando su cabeza en el pecho de Ghost, obligándolo a no retroceder más.
“Simon,” susurró, suavemente, “nunca te dejaría por otro. Keegan solo fue amable, no significa nada. Tú eres mí Alfa. Siempre lo serás.”
Ghost respiró hondo, su cuerpo tensándose mientras luchaba contra las lágrimas. “Es que… no puedo imaginar perderte.”
Soap lo miró a los ojos, levantando una mano para acariciar su mejilla. “Y no lo harás. Eres el único para mí.”
Por fin, Ghost dejó escapar un suspiro profundo, relajando los hombros mientras se inclinaba para recostar su frente contra la de Soap. “Lo siento,” murmuró. “A veces no puedo evitarlo.”
Soap sonrió suavemente. “Lo sé. Pero no tienes que preocuparte, Simon. No iré a ningún lado.”
Ambos se quedaron en silencio por unos momentos, abrazados en el centro de la habitación, dejando que la tensión se desvaneciera lentamente. Soap, finalmente, se apartó un poco y le dio un beso en la mejilla. “Ahora, ¿quieres ayudarme a tirar esas flores?”
Ghost soltó una pequeña risa, asintiendo. “Sí. Vamos a deshacernos de ellas.”
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INSTINTO (Ghost X Soap)
AcakEn el Escuadrón 141, las tensiones no solo surgen en el campo de batalla. Soap, un Omega valiente pero reservado, enfrenta un tumulto emocional cuando su relación con Ghost, el Alfa del equipo, se complica debido a instintos primarios y celos. La ll...