cap 1

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Un Destello en la Multitud

La música pulsaba en mis oídos como un martillo neumático, ensordeciéndome y aturdiéndome. La multitud, una marea humana que se agitaba y chocaba, me arrastraba de un lado a otro. Necesitaba aire, espacio, silencio. Me había refugiado en un rincón oscuro del jardín, un pequeño oasis de tranquilidad en medio del caos.

Mis ojos vagaban sin rumbo, buscando algún punto de anclaje en la marea de rostros. Fue entonces cuando la vi. Entre la multitud, una figura se destacaba por su luminosidad. Su cabello, un mar de ondas castañas, brillaba bajo las luces multicolores. Sus ojos, grandes y expresivos, parecían contener todo un universo. Llevaba puesto un vestido largo y fluido, de un color azul intenso que recordaba al mar en calma.

Por un instante, nuestros miradas se cruzaron. Fue como si el tiempo se hubiera detenido. En ese breve lapso, sentí una conexión inexplicable, una chispa que saltó entre nosotros. Su sonrisa, tímida pero cálida, me dejó sin aliento. Pero antes de que pudiera acercarme, antes de que pudiera decir una sola palabra, se había desvanecido entre la multitud, dejándome con una sensación de vacío y una pregunta que resonaba en mi mente: ¿quién era esa mujer y por qué me había afectado tanto?

Ethan salió al patio trasero, buscando un poco de paz en medio del caos de la fiesta. El césped estaba húmedo por el riego de la mañana y la brisa nocturna llevaba consigo el aroma de las flores del jardín. Se sentó en un banco de madera y observó las estrellas que empezaban a aparecer en el cielo. La soledad del lugar le proporcionaba un cierto alivio.

Sin embargo, sus pensamientos volvían una y otra vez a la chica que había visto unos minutos antes. ¿Quién era ella? ¿Qué hacía en una fiesta como esa? Ethan conocía esa sensación de estar fuera de lugar, de no encajar. Recordó las palabras de su padre, las promesas incumplidas y las decepciones que lo habían marcado profundamente. Tenía miedo de volver a sufrir, de confiar en alguien y salir herido.

Patio trasero de la fiesta. Ethan encuentra a Catalina sentada en un rincón, mirando al suelo.]

Ethan: Catalina, ¿qué haces aquí sola? ¿Todo bien?

Catalina: (Levanta la mirada, con los ojos un poco llorosos) Ethan, no sé qué hacer.

Ethan: ¿Pasó algo con Marcos?

Catalina: (Asiente con la cabeza) Otra vez lo mismo. Me prometió que las cosas cambiarían, pero siempre vuelve a lo mismo.

Ethan: Lo siento mucho, Cata. Sé lo mucho que te importa.

Catalina: (Se seca las lágrimas) Gracias por estar aquí. A veces siento que nadie me entiende.

Ethan: Siempre estaré para ti. ¿Quieres hablar de lo que pasó?

Catalina: No sé si quiero revivir todo otra vez.

Ethan: Entiendo. Pero a veces hablar ayuda a sentirse mejor. Y si no quieres hablar, podemos hacer otra cosa. Podemos irnos de aquí, si quieres.

[Ethan se sienta a su lado y le ofrece una pequeña sonrisa. Catalina lo mira y una sonrisa tímida se dibuja en su rostro.]

Catalina: Gracias, Ethan. Eres el mejor amigo que alguien podría pedir.

Ethan: De nada, Cata. Siempre lo seré.

Catalina: (Suspira) A veces siento que soy un desastre. Siempre me meto en problemas y termino lastimando a las personas que quiero.

Ethan: (Le toma la mano con cariño) No digas eso, Cata. Tú no eres un desastre. Todos cometemos errores, eso es lo que nos hace humanos.

Catalina: Pero yo siempre termino lastimando a los que más quiero.

Ethan: (Sonríe con ternura) Catalina, tú eres una de las personas más importantes para mí. Eres como una hermana para mí, sabes. Siempre estaré ahí para ti, pase lo que pase.

Catalina lo mira sorprendida, y una lágrima rueda por su mejilla.

Catalina: Gracias, Ethan. En serio, gracias. No sé qué haría sin ti.

Ethan: Yo tampoco, Cata. Yo tampoco.

Se quedan en silencio un momento, disfrutando de la compañía del otro. En ese momento, Catalina se da cuenta de que sus sentimientos por Ethan son platónicos, y que su amistad es mucho más valiosa de lo que había pensado.

un destello entre la multitudWhere stories live. Discover now