Desde que Eleonor tenía uso razón, sabía que algo no era normal en ella, tal vez eran sus ganas de vencer siempre o el jamás darse por vencida.
Pero siempre tuvo esa chispa en ella.
Algo indescriptible.
Algo que cualquiera que tuviera ojos podría percibir con tan solo verla.
Eleonor jamás se daba por vencida, jamás se rendía, nunca perdía.
En el mundo de Eleonor lo único que importaba era la victoria, conseguir llegar de primera a la meta.
Ser el primer lugar en todo.
Eleonor era el tipo de persona del que todos siempre dirían;
“Ella es una campeona” “Ella jamás pierde en nada” “Siempre obtiene el primer lugar”
Eran por cosas como esa que a Eleonor le gustaba competir, los aplausos, el poder que sentía al ver que era la mejor.
Eleonor solo podía ser descrita con 4 palabras;
Ganadora, Luchadora, Rebelde, Impulsiva.
Y tal vez fueron esas 4 cosas que llamaron la atención de Luke Castellan, el hecho de que Eleonor era simplemente indescriptible.
Era imperfecta y a la vez completamente perfecta.
Y desde que la vio, Luke supo que nada sería igual después de ella.
Eleonor dejaba una huella imborrable en las personas.
Y no importaba que hicieras, esa huella te marcaría para toda la vida.
Enamorarse nunca estuvo en los planes de Luke.
Y lo que paso después tampoco.
