VIII. Rayos y Fuego

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Hefesto llevaba casi tres meses siguiendo los pasos del minotauro, normalmente sería una búsqueda algo facil o sin tantas complicaciones.

Pero siempre debe haber una madre que afecta a los planes, en este caso, su problema no fue otro que el mismísimo, Zeus.

Zeus se ha enterado que el dios reencarnado estaba afuera del campamento mestizo, y lo empezó a aprovechar para poder eliminarlo de forma rápida y sencilla.

Cuando Hefesto estaba cerca del minotauro, Zeus hacia acto de presencia y dejaba que varias criaturas mitológicas fueran contra el dios.

Ahora veíamos al dios en un local abandonado, comiendo unas barras de avena y alcohol etílico para sustituir.

// Que hice para ganarme este desprecio, ya ni Hera nos trataba así \\ sentado en el suelo.

MUUUUUUUUUNN!!!

Un bufido logro desconcentrar al dios, los ojos divinos vieron a un toro de colquide atorado entre a un Tridente y una horca, sin patas y con la cabeza encendida.

Un bufido logro desconcentrar al dios, los ojos divinos vieron a un toro de colquide atorado entre a un Tridente y una horca, sin patas y con la cabeza encendida

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// Te hará daño así que no te daré esto, okay \\ aburrido.

Hefesto se levantó y usando una maza termino por romper la cabeza del toro, apagando a la bestia en el proceso.

Un suspiro basto mientras las manos del herrero tomaban las armas y salía del local con calma, mientras caminaba de uno de sus bolsillos saco un pedazo de madera con una brújula tallada en la madera.

// Bien guíame abuela, por dónde debo empezar mi 'sagrado' deber \\ aburrido.

El dios decidió dejar al toro de momento, y decidí empezar por algo sencillo, los ojos recorrían la madera tallada, sin embarazo la madera simplemente empezó a moverse de forma errática.

// Bien será a la antigua \\ lanzando la madera.

El dios empezó a caminar por el lugar en busca de empezar su viaje de forma calmada, pero sin darse cuenta la madera simplemente se convirtió en polvo dorado desapareciendo del lugar.

Los días pasaban, las semanas se acumulaban y al final se cumplieron otros 6 meses más, un año afuera del campamento meztizo, y su único avance fue...el ojo de un cíclope.

Hefesto no hacía más que esquivar a los monstruos de forma calmada, y sin llamar la atención, pero parecía que Zeus en verdad lo quería muerto, si Hefesto no estaba oculto por tiempos, el dios de los cielos se encargaba de mantenerlo ocupado.

Al final no pudieron hacer mucho contra el dios, pero ahora, vemos a Hefesto en una especie de zona de arcade, el lugar estaba abandonado, pero apestaba a tierra húmeda, murciélagos y perro mojado.

// Por qué solo a mi \\ susurro el dios entrando en la instalación.

Los pasos del dios resonaban en el vacío lugar, cuando alguien se acercó a el, una furia movía sus garras para atrapar al pequeño herrero, pero un destello la hizo cambiar de dirección.

La furia de diosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora