Amor y Justicia - Neuvillete x Wriothesley [RETOMADA]

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Habían pasado varias noches tras aquella noche en la que Wriothesley había llegado... "herido", si se podía decir así. Su secretaria había entrado tras haber tocado la puerta y le soltó bastante información al duque. Nada sorprendido, él respondió...

"¿Clorinde, dices? Es bastante usual que últimamente ella me visite... Hazla pasar, tengo toda la noche libre." - El pelinegro pidió, la secretaria simplemente asintió y se alejó de la oficina del duque, es decir, sus casuales (no tan casuales) visitas por parte de la duelista, ahora se hacían rutina. No le molestaba en lo absoluto, más bien, le agradaba su estancia junto a él. Las noches dejaban de ser tan solitarias desde las visitas por parte de la duelista portante de la visión electro. -

Unos pasos producidos por unos tacones que resultaban ser bastante familiares para el duque se hicieron presentes y un par de golpes suaves en la gran puerta de su oficina de igual manera. -"Adelante, entre."-

"Buenas noches, Wriothesley, ¿cómo te encuentras hoy? Las heridas de la noche anterior han de seguir escociendo, ¿no es así? Espero que Sigewinne las haya podido tratar como es debido, dudo que no lo haya hecho."- La de mechones violetas dijo, adentrándose a la oficina, cruzándose de brazos. Sus palabras solamente lograron sacar una pequeña risilla seca al pelinegro. --"Ah... sí... Vine a preguntarte, más bien, pedirte algo; Recuerdas esa gran fiesta organizada por unos extranjeros ricachones a la cual invitaron a... mucha, mucha gente, ¿cierto? Solamente quisiera pedirte de ir conmigo, iría con Navia, pero ella ya tiene a alguien más." - Cuántas palabras... Tantas que hizo Wriothesley reflexionar, no era normal escucharla decir tantas cosas a la vez que no fuesen relacionadas al trabajo. -

"Me halagas pidiéndome eso, pensaba invitar a alguien más pero, ahora que lo pienso, dudo que é‐... ehem, ella... ella me lo acepte. Claro que iré contigo, es en dos días, ¿cierto? Jaja..".-Wriothesley aclaró la garganta y suspiró; Ir con Clorinde, acompañarla... No sonaba tan mal, total, era solamente una amiga más. No tenía nada de malo. Notó que sus palabras, de alguna manera, hicieron que la de cabellos violetas tuviese aquel pequeño destello en los ojos, ese destello que hace que sepas que alguien está bastante feliz. Bueno, se sentía bien consigo mismo sabiendo que le pudo alegrar el día. Daba igual que su cara expresase aquella frialdad que la caracterizaba, sus ojos no mentían; Los ojos nunca mienten.-

"Ehem... Te lo agradezco, entonces... ¿Nos encontraremos cerca de la boutique Chioria, entonces? Los vestidos que Chiori confecciona son hermosos" -En serio... No era tan usual que soltara tanto la lengua, pero no podía quejarse de ello.-

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"Aahh... ¡Pero que bonita te ves así! El pelo suelto te queda tan bien... ¡Tan, tan bien, Clori'! Deberías soltarlo más frecuentemente, te había dicho ya que esa coleta no te favorecía nada." - La de cabellos rubios comentó, feliz; tenía un cepillo en la mano y miraba con asombro a la contraria. Se dedicaban a usar su tiempo libre preparándose (con bastante antelación) para aquella fiesta, era mucho tiempo desde la última vez que ellas iban juntas a una de esas fiestas, la última que recuerda haber asistido fue el Rito de la Linterna en Liyue. -

"Navia, aún no me dijiste con quién ibas." - Soltó, mirándola fijamente.-

"Con el Monsieur Neuvillette, ¡jeje! Hace poco menos de una semana me ofrecí a acompañarle a la fiesta... Al parecer fue rechazado por su 'amada' y la verdad me daba pena." - No se podía decir que aquella confesión la había dejado algo perpleja, número uno; ¿Alguien rechazando a Neuvillette? Dudaba que algo así fuese posible, y en segundo lugar... ¿por pena? No sabía cómo sentirse.- "No me mires así... Monsieur Neuvillette es alguien que necesita compañía. Bueno, ahora tú, ¿El duque Wriothesley aceptó ir contigo? Dime que si..." -

Navia no necesitó ninguna palabra para adivinar lo que pasó, ciertamente, se notaba a leguas que le aceptó la propuesta; se le notaba en la cara, y algo que gente cercana a Clorinde sabía era lo mucho que le costaba a la duelista esconder sus emociones entre confianza. Esos pómulos rosados hicieron sonreír a la rubia y se rió.

"¡Veo que al final tu amado duque quiso ir contigo! Qué bien, ¿no?"

"Supongo."

"¿Supones? Ay, mujer, si es algo muy bueno que haya aceptado sin pensárselo, quizás estaba esperándolo..." - Empujó suavemente con su codo el brazo de la duelista y se puso de pie, alejándose de la cama y yéndose a buscar un par de brochas y paletas de color.-

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Aquel día, más bien, noche, había llegado. No solamente los nativos de Fontaine habían asistido a aquella fiesta, sino gente tanto como de Mondstadt, Inazuma y Sumeru, también se decía que el viajero y su pequeña guía asistían.

"¡Aaaa, Piamon nuuuunca ha asistido a una fiesta tan elegante! ¡Cuántos banquetes... y postres! ¡Viajero, vayamos, por favor!" - La pequeña guía informó, dando saltitos de entusiasmo, los ojos se le iluminaban. Hoy traía un vestido púrpura con detalles blanquecinos, hecho por Chiori. Era un regalo por parte del viajero que, tras tanto tiempo de estar junto a la pequeña niña flotante, le tomó afecto, su mejor amiga.-

"Mmm... Mmhm, ve. Iré a caminar por los alrededores." - Aether murmuró, dejando que Paimon fuese a probar cada uno de los postres que en las grandes mesas estaban. Se suponía que ahora debía ir a la nación de la guerra, del Pyro. Veía a tantas caras familiares; Mona y Lisa, Klee y Kaeya... Ningguang y Kazuha, Yoimiya y Thoma, Nilou junto a Cyno, Collei y Dori... Ah, sí, y el dúo; Kaveh y Alhaitham ¡Muchísima gente! No iría a hablar con ellos, no tenía ganas.

Unas hermosas damas entraban junto a dos altos y apuestos hombres; Clorinde, que por una parte llevaba un hermoso vestido violeta, su pelo levemente recogido puesto que no le hizo mucho caso al consejo de Navia- Quien traía puesto un vestido dorado caro, muy, muy caro, con detalles de oro real incluidos en el corsé. Cada una fue con su acompañante respectivo.

Neuvillette no se quejaba, aunque... De alguna manera, aquella tristeza perduraba en su corazón, estando al lado de la hermosa rubia, sus ojos no podían apartar su vista de alguien.

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(Créditos al respectivo autor de la belleza artística que he utilizado como banner, no encontré su @, desafortunadamente. )

Habrá angst :3