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Sí, era el.

Neuvillette recordaba ahora de quién se trataba, ¿quién más si no? Aún le parecía bien extraño que se comunicase con el via esta carta, no era nada a su estilo, y más porque se solían ver frecuentemente en persona, sin la necesidad de optar por comunicarse con cartas. Neuvillette no hizo más que suspirar, ¿por qué el duque quería que se vieran en el lugar en donde se conocieron por primera vez? No tenía el más mínimo sentido, para nada.

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El juez caminó de vuelta a la ópera, ese, si no mal recordaba, fue el lugar en donde vio por primera vez a Wriothesley, más bien, cuando él era un niño, el cual fue juzgado y mandado a prisión. Aún no entendía el por qué de querer ir allí, ¿los humanos no tenían un llamado "trauma" cuando de recuerdos de este estilo se trataba? Porque Neuvillette no le encontraba nada romántico el querer encontrarse a su querido amigo en el lugar en donde lo había mandado a prisión. Sin más, al llegar a la ópera, Neuvillette pudo ver a un somnoliento y algo aburrido duque, que de iris de un color azul que resemblaba el mismísimo cielo soleado de Snezhnaya, tan claro y a la vez oscuro, miraba a la nada. Seguramente Neuvillette lo había hecho esperar demasiado, este caminó hacia el duque con calma, como si hubiera venido pronto. La verdad es que las horas en búsqueda habían pasado bastante rápidas, sin haberse dado cuenta, se había pasado 4 horas dando vueltas por toda Fontaine, seguramente Wriothesley había llegado a la ópera un rato después de que Neuvillette de hubiese ido.

"¿No era la puntualidad uno de tus fuertes, Neuvillette? Veo que hoy tardaste mucho, ¡pero no pasa nada, mí monsieur!" - Dijo la serena voz del administrador de la merópide, sonriéndo. - "¿Te costó recordar mi caligrafía? A juzgar por tú expresión, veo que sí... No puedo decir que no esté decepcionado, la verdad, pero lo que cuenta es que estés aquí." - Quizás lo último lo había dicho con ese tono de amargura que a leguas podía notarse, y Neuvillette, quien no era un experto en cuanto emociones humanas se trataba, lo había notado.

"Perdona mi tardanza, Rizzley, no era... mi intención, lo sabes, entre tanto papeleo no pude recordar bien." - Y otra vez había sonado amargado, hoy no era su día.

"No importa, bien... Sabes, quería hablar contigo de algo... Pero por favor, intenta pronunciar mi nombre mejor, 'Rizzley' ni de cerca suena a 'Wriothesley'." - Dijo con cierto tono dudoso pero a la vez tranquilo. Parecía que se había ofendido de alguna manera, pero en realidad no, no se había ofendido; Nunca se ofendería por algo que Neuvillette hubiese dicho, simplemente no podía.

"Ok, lo intentaré. ¿De qué querías hablar? Nunca me habías pedido que hablemos a través de una carta, y encima sin el remitente puesto." - Qué buena pregunta, ni el mismo Wriothesley sabía por qué le había escrito esa carta a Neuvillette, quizás había sido el resultado de un par de tragos amargos.

"Ah... Espera que recuerde."

"¿Qué quieres decir con eso? ¿Qué quieres decir con que no lo recuerdas? Espero que esto no haya sido una pérdida de tiempo, pero viniendo de ti... Dudo que lo sea." - Parecía decirlo con tanta certeza que Wriothesley no podía decirle que en realidad no tenía ni la más mínima idea de lo que le estaba pasando por la cabeza en el momento que escribió y encima se le ocurrió esa carta.

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Minutos pasaban y Neuvillette aún no recibía su respuesta.

"La verdad es que... Todo esto era una tonta excusa para verte, ya sabes, pensaba en que nuestros encuentros eran demasiado aburridos."

"¿Te aburro? Pensé que me habías dicho que a ti no te molestaba mi escacez de emociones, podrías habérmelo dicho." - No sabía por qué, pero en parte le había dolido al duque oírlo decir eso, no era su intención ofenderlo.

"Oye no, tampoco es eso, solo... Uff, no sé cómo explicarlo..." - Era la verdad, no sabía cómo explicarlo. Qué situación tan incómoda. - ¿Sabes..? Ya recuerdo, quería ir contigo a las afueras de la ópera, la luna se ve hermosa hoy, espero que nadie se me haya adelantado ya." - Exclamó, con cierto tono de confianza, una confianza demasiado repentina, a decir verdad.

"Ah, ¿la luna, dices? Hace un rato había encontrado a Navia allí, charlé un poco con ella, pero... Bien, vayamos allí, si eso es lo que planeabas hacer, aunque sea un tanto extraño. No solemos salir cuando nos vemos." - Pasos se escucharon tras esas palabras y el sonido del gran portón de la Ópera Epiclese abriéndose se escuchó.

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La luna era realmente hermosa, especialmente aquel día. Wriothesley y Neuvillette miraban hacia el cielo, aunque el duque fijaba la mirada en otra parte, la posaba en los bellos y largos cabellos del juez supremo, esos largos cabellos brillaban de tal manera que parecía seda, de la seda más pura y de mejor calidad, Wriothesley seguía sin saber por qué cada vez que estaba con el juez tenía que verlo fijamente, simplemente... No lo entendía. No solía pasar eso, no solía pensar en él tanto, no solía verlo de esa manera, pero era inevitable y la única manera en la que este podría dejar de pensar en él sería dejarse de juntar con el... Pero seamos sinceros, ¿realmente eso podría funcionar?

"Oye... ¿Wriothesley?" - Wriothesley parecía estar embobado.

"Wriothesley, no sé que hice ahora para que me ignores de tal manera... ¿Era de eso de lo que me querías hablar?" - Ahí Wriothesley salió de su trance y miró a Neuvillette, quien lo había estado llamando por un par de minutos.

"Ah- Yo.. Oye, no, claro que no. Perdón, sólo estaba algo embobado, no te ignoré queriendo..." - Se pasó la mano por la frente, suspirando. - "Cambiando de tema... ¿Estás bien? ¿Te fue bien últimamente? Oí que Furina se fue, y sé lo mucho que ella te hacía compañía. Debe de ser duro dejar ir a alguien con quien compartiste cada dia de tu vida por tantos años tan repentinamente."

"Ah, sí, se podría decir que estoy bien. En cuanto lo de Furina... Voy bien sin ella, espero volver a verla algún día de vuelta, la última vez que la vi fue el día en el que me pidió permiso para hacer presentar la película que ella y algunos cuantos provenientes de Inazuma hicieron, y de ahí, ya no pude volverla a ver de nuevo." - Lo dijo con ese tono, ése tono que solía usar; el normal, pero para Wriothesley, eso no era "tan" normal que digamos, se podía notar que Neuvillette seguía afectado por todo lo sucedido en los anteriores días. "¿Yy... tu? ¿Cómo estás? ¿Cómo está Sigewinne? Hace tiempo que no la veo."

Ah, sí.

Sigewinne, la melusina con apariencia humana que Wriothesley trataba como una hija; Más o menos como Neuvillette trataba a las melusinas en general, como si de una figura paterna se tratara.

"Gracias por preguntar, mi estimado amigo, Sigewinne está bien, y yo también, ¿no me ves mal, o si? Eso es suficiente, jaja." - Wriothesley dejó ir una pequeña risilla, algo seca.

"Yo te veo herido, no bien, por eso preguntaba, ¿te hiciste eso recientemente, no? ¿No deberías hacértelo ver?" - Sugirió Neuvillette, apuntando con la mirada hacia la nueva cortada que Wriothesley tenía cerca de la nuez, no era profunda, mas no tan superficial que digamos, estaba entre esos dos extremos. Digamos que Wriothesley ni enterado estaba, no se lo había notado por un buen rato.

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Amor y Justicia - Neuvillete x Wriothesley [RETOMADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora