Hoy me siento tan perdida como siempre. Pensé que esta vez las cosas estarían bien, que finalmente había encontrado un poco de paz. Pero parece que me equivoqué, otra vez. Como siempre. Es frustrante cómo caigo en el mismo ciclo una y otra vez, como si no pudiera aprender de mis propios errores. Me pregunto si algún día será diferente o si estaré condenada a repetir esta misma historia una y otra vez.
Las lágrimas han regresado, y con ellas, ese dolor en el pecho que nunca se va del todo. Es como si un peso enorme se hubiera asentado en mi interior, haciéndome difícil incluso respirar. Cada respiro que tomo se siente forzado, como si el aire no pudiera llegar a mis pulmones, como si algo me estuviera ahogando desde dentro. Intento ignorarlo, pero es imposible. Es como si este dolor fuera parte de mí, un compañero inseparable que me sigue a donde quiera que vaya.
Las noches, que solían ser mi refugio, ahora están llenas de insomnio. Me encuentro dando vueltas en la cama, incapaz de encontrar consuelo en el sueño. A veces cierro los ojos y espero que el sueño venga, pero solo consigo quedarme atrapada en mis propios pensamientos, en ese nudo en la garganta que no se disuelve, y una sensación de angustia que no me deja en paz. Es como si mi mente estuviera en constante guerra consigo misma, una batalla que nunca puedo ganar.
Las ojeras en mi rostro son testigos de estas noches interminables, y es imposible ignorar cómo todo esto está afectando mi cuerpo, mi mente, mi todo. Me miro en el espejo y apenas reconozco a la persona que me devuelve la mirada. Los ojos apagados, la piel pálida, las marcas del cansancio que parecen haberse convertido en una parte permanente de mi rostro. Me pregunto si los demás lo notan, si pueden ver lo destrozada que estoy por dentro, o si simplemente lo ignoran, como yo intento hacer.
Y aunque trato de mantenerme fuerte, no puedo evitar sentir esas ganas de rendirme, de desaparecer, que vuelven a aparecer como fantasmas que nunca se van. Esos pensamientos oscuros que se arrastran en mi mente, susurrando que todo sería más fácil si simplemente dejara de luchar, si me rindiera a la desesperanza que parece envolverme cada día. A veces me pregunto si alguien realmente notaría mi ausencia, si mi desaparición haría alguna diferencia en este mundo.
No sé cuánto más podré seguir así, fingiendo que estoy bien cuando claramente no lo estoy. Es agotador mantener esta fachada, pretender que todo está bien cuando siento que me estoy desmoronando por dentro. Cada día es una lucha, una batalla constante contra mis propios demonios, y cada día me siento más y más débil, como si estuviera perdiendo la energía para seguir adelante.
Solo espero que escribir esto, aunque sea un poco, me ayude a liberar parte de este dolor que llevo dentro. A veces siento que las palabras son lo único que me queda, la única forma en la que puedo expresar lo que siento sin tener que enfrentar las miradas de los demás. Quizás mañana sea diferente, quizás logre encontrar un poco de alivio, pero si soy honesta, no tengo muchas esperanzas. Porque, al final, siempre parece que caigo de nuevo en este mismo pozo de tristeza y desesperanza, sin poder encontrar una salida.
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Whispers of a Restless Mind
PoetryA veces me siento atrapada en una maraña de pensamientos confusos, como si estuviera buscando sentido en un mundo que no entiendo del todo. Mi mente se sumerge en dudas y cuestionamientos, sintiendo que mis emociones se entrelazan en un torbellino d...