Capítulo 3

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-Se ve que le caes bien, que extraño... -habló nuevamente aquella voz.
Me volteé inmediatamente.
Lo único que ví fue una silueta humana ennegrecida, ya que la fuente de luz estaba detrás del sujeto y no podía ver su rostro.
Esa sombra se me acercó y se sentó a mi lado...
En ese momento pude ver su rostro gracias a la iluminación de la luna; era un joven chico, él tenía pelo azabache y ojos azules como el océano.
Tenía una capa inglesa del siglo XVIII, color azul marino que le llegaba a los tobillos...
Esto me daba una indicación de en que momento del tiempo me encontraba, aunque todavía no lo sabía con certeza.

-Soy Ozul, es un placer conocerte -dijo con una agradable sonrisa de oreja a oreja.
El gato que tenía sobre mis piernas se levantó y fue hacía el muchacho.
Éste lo recibió y lo tomó en sus brazos, al parecer era dueño del animal.
Yo, me quedé en silencio viendo la escena.

-¿No eres de por aquí, verdad? -preguntó mientras acariciaba a su supuesta mascota.

-¿Cómo lo sabes? -respondí con mi vista clavada en su rostro.

-En un pueblo tan pequeño es fácil reconocer a los que viven en el...-respondió distraído mirando las olas del mar.

-¿Qué te trae por aquí? -preguntó de forma curiosa volviendo su mirada a mi rostro.

-Ni siquiera sé cómo acabé aquí -

-Ya veo... -dijo analizando la situación, para luego poner una cara de frustración; se lo veía procupado, como si hubiera cometido un grave error.

-Bien, y dime... ¿Piensas quedarte aquí en medio de la oscuridad? ¿No sabes lo peligroso que es andar sola por la noche? -dijo cambiando el semblante por uno más serio.

-No, la verdad es que no tengo dónde quedarme... -enuncié un poco apenada.
El muchacho dudaba un poco en expresar lo que estaba a punto de decir.

-Puedo ayudarte con eso si lo deseas - Propuso el joven de cabellos negros, intentando no sonar indecente.

Lo pensé un momento; se notaba que él solo quería ayudar...
Aunque no entendía porqué quería ayudarme.
Temía tomar una decisión errónea.
No sabía que responder y solo me quedé en silencio, viendo los ojos del muchacho que reflejaban la luna y el resplandor del mar...
De alguna manera sus ojos me hacían recordar al color azulado del portal y sus destellos.
El chico notó mi confusión y con vergüenza comenzó a confesar la verdad...

-Lo siento, es mi culpa, yo te he traído hasta aquí -
Me quedé más confundida que antes.
En mi rostro solo se notaban dudas, y preguntas que al parecer nunca serían respondidas.

-Soy un mago aprendiz -mencionó con un ligero encogimiento de hombros.

-¡¿Qué?! -exclamé.

-Eres tonta, niña -dijo una voz extraña; la frase terminó con un maullido, por lo tanto miré fijamente al gato con algo de miedo.

-Sí, he sido yo -expresó el felino.
Me espanté, mi cara demostraba terror.

-No te asustes, tranquila -dijo el chico poniendo una de sus manos en mi hombro derecho, intentando tranquilizarme.

-El gato tiene un hechizo, por eso puede hablar -me contó el joven con una sonrisa.

-Nunca en mi vida vi a un gato parlante, los que yo conozco solo saben maullar -declaré intentando calmarme.
El muchacho rió, me sentí algo tonta en ese momento.

-Supongo que no es común ver gatos parlantes, pero tendrás que acostumbrarte; además, ahora conoces a uno... -dijo el chico todavía con su patética sonrisa.

-¿Acostumbrarme? -me pregunté en mi mente...
¿El planeaba que me quedará por un tiempo?

-Bien, por cierto... ¿Ahora podrías decirme si quieres venir conmigo? Intentaré ayudarte -aclaró, volviendo al tema e interrumpiendo mis pensamientos.
-No estoy segura, ni siquiera sé si lo que dices es verdad -mencioné desconfiada.
No sabía si confiar en él o no.
Sentía que no tenía los suficientes argumentos; pero, todo encajaba con demasiada exactitud.

-Demuestrame que eres un mago real -dije con seriedad, retando a mi contrincante a mostrarme algo que me haga creer.
Ozul quedó sorprendido con mi petición, aunque su cara de sorpresa cambió por una de confianza absoluta.

-Retaste al mago indicado, linda -rió arrogante.
Intente disimular y fingir no haber escuchado el apodo tan infrecuente que el mago mencionó y procedí a prestar atención a su demostración.
El gato como si supiera lo que iba a suceder, saltó de sus piernas y se sentó en las viejas maderas del muelle.

Ozul se puso de pie sin perder el tiempo e hizo unos movimientos extraños con las manos.
Una luz azulada como la de sus ojos y la de aquel pasadizo mágico que me trajo hasta este lugar, comenzó a crecer y cayó disparada al mar...
El mar que estaba en penumbra, a penas alumbrado por la luna, comenzó a brillar de una forma sobrenatural.
Se veían hasta los peces en lo más profundo de aquellas aguas, todo tipo de animales acuáticos se apreciaban nadando entre las corrientes marinas, yendo en diferentes direcciones.
El brillo hacía que el mar fuera de un color celeste muy claro, transparente y repleto de destellos, que como en el portal, parecían estrellas.
No podía no sorprenderme.

-¿Cuando nos vamos? -dijo el mago, todavía con su cara de orgullo.

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⏰ Última actualización: Oct 15 ⏰

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Sueños entrelazados en la sombra ||PAUSADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora