ojos en la oscuridad

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Con la lámpara en mano, me adentré en el agujero, sorteando las rocas y esquivando las puntas afiladas que amenazaban con desgarrar mi ropa. La capa que llevaba se enganchó en una roca filosa y se desgarró, pero eso no me detuvo. Seguí avanzando, cada vez más adentro, hasta que de repente caí bruscamente al piso. Me levanté, dolorida y aturdida, y vi unas escaleras estrechas talladas en la piedra que ascendían hacia la oscuridad. De repente, escuché un ruido detrás de mí y me di la vuelta para ver a Midori cayendo hacia mí,en su mirada se veia  la sorpresa y  el miedo.
"Uff" suspiré aliviada , "

Midori me miró unos segundos y ambas reímos, era una risa nerviosa que nos ayudó a relajar un poco la tensión que se había apoderado de nosotras. Bajamos las escaleras estrechas y empinadas, cada paso que dábamos parecía resonar en la oscuridad de la cueva. La luz de la lámpara apenas llegaba a iluminar unos metros por delante de nosotras, y la oscuridad parecía tragarse todo a nuestro alrededor.

¿Qué crees que vamos a encontrar aquí abajo? le pregunté a Midori, mi voz apenas era un susurro." No lo sé, pero estoy emocionada de averiguarlo" respondió ella, su voz llena de entusiasmo.

A medida que seguíamos bajando, la oscuridad parecía hacerse más densa, como si estuviéramos siendo envueltas por una niebla negra y espesa. La piel se me erizaba solo de pensar en lo que podríamos encontrar. De repente, escuchamos un ruido extraño, como si algo se estuviera moviendo en la oscuridad.

¿Qué fue eso? Susurré, mi corazón latia con fuerza en mi pecho.

" No lo sé, pero creo que estamos a punto de averiguarlo " respondió Midori, su mirada  estaba fija en la oscuridad que nos rodeaba.

Seguimos adelante, con  nuestros corazones latiendo con fuerza, listas para enfrentar lo que fuera que nos esperaba en la oscuridad de la cueva.

De repente, una bandada de murciélagos gigantescos salió volando de la oscuridad, sus alas negras se agitaban en el aire, produciendo un sonido sibilante que nos heló la sangre. Midori y yo nos agachamos instintivamente, cubriéndonos la cabeza con las manos.

¡Dios mío! susurré, mi voz temblaba de miedo.

¡Esto es horroroso!  Midori se unió a mi susurro, su mirada aterrorizada  estaba fija en los murciélagos que volaban en círculos sobre nuestras cabezas.

Los murciélagos parecían no tener fin, uno tras otro emergían de la oscuridad como si fueran espectros saliendo de la tumba. El aire se llenó de sus chillidos agudos y el sonido de sus alas golpeteaban el aire.

-¿Qué hacemos? pregunté, mi voz era apenas audible sobre el ruido de los murciélagos.

¡Tenemos que seguir adelante! .Midori me agarró del brazo y me dió un  empujón
Con un suspiro de resignación, seguí a Midori hacia abajo, los murciélagos seguían nuestros pasos, sus ojos brillanban en la oscuridad como pequeños puntos rojos que nos observaban siguiendo cualquier movimiento que dábamos, era como si custodiarán algo, estaba segura que había algo importante en esa cueva.

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