Capítulo 5: El Testamento

2 0 0
                                    

Sofía despertó a la mañana siguiente con un leve dolor de cabeza, pues casi no durmió en toda la noche, después de enterrar a su padre y reunirse con Luke fue directo a su casa en donde se la pasó la mayor parte del día encerrada en su habitación meditando sobre lo que iba a hacer de ahora en más. Luego por la noche le fue imposible conciliar el sueño, daba vueltas y vueltas en su cama, se levantó a dar un paseo por toda la casa la cual era bastante amplia, pasada las una de la mañana volvió a su cama en donde intento dormir, sin embargo, fue en vano, ya casi las cuatro pudo caer dormida por el cansancio.

Martha ingreso a la habitación.

—Buenos días—dijo esta al ver a su ahijada despierta.

—Buenos días—contesto—. ¿Qué horas son?

—Son las 07:30 de la mañana, me sorprende verte despierta.

—Lo sé, no pude dormir, apenas he cerrado los ojos por tres horas—comento tirando un bostezo.

Se paró de la cama y se dirigió a la ducha.

—¿Hay algo abajo? —pregunto desde el baño antes de abrir la llave de la ducha.

—Hay un hombre que vino a verte, está en la sala esperando—eso llamo fuertemente su atención—. Dice ser el abogado de tu padre.

Sofía no dijo nada y se metió debajo del agua.

—Luego algunos empleados queriendo hablar contigo.

—Dile al abogado que me espere y también a los empleados.

—Está bien.

Martha salió de la habitación.

Sofía se ducho rápidamente, luego se alisto rápidamente para bajar a atender los asuntos que le esperaban.

En la sala lo estaba esperando un hombre vestido con un traje bastante elegante, este al verla bajar se puso de pie para recibirla.

—Señorita Sofía—dijo extendiendo su mano—. Yo soy el Doctor Kevin Pierce el abogado y asesor jurídico de su difundo padre.

—Hola, es un placer conocerlo.

—El placer es todo mío, y mis más sinceras condolencias por su perdida.

—Gracias.

—Estoy aquí para conversar con usted sobre algunos temas bastantes importantes—explico el abogado.

Sofía asintió con la cabeza.

—Creo que será mejor hacerlo en el estudio de mi padre. Acompáñeme por favor.

—Por supuesto.

—Dile a María que nos lleve dos tazas de café—le dijo a su madrina.

Ingresaron al estudio, Sofía se sentó en el lugar donde estuvo sentado su padre durante muchos años, el abogado tomo asiento frente a ella.

—Vaya, me es un poco extraño estar sentado frente a usted y no frente al señor Martínez—comento el abogado.

—Pues tendrá que acostumbrarse a eso—musito Sofía observando un cuadro pegado a la pared en donde podía ver la imagen de su padre.

Una imagen que lo mostraba como un hombre imponente, lleno de poder, como le gustaba sentirse.

El abogado saco una carpeta de su maletín.

—El primer tema que quiero tratar con usted son la de los negocios de su padre—Sofía lo miraba atentamente—. ¿Piensa hacerse cargo usted misma de ellos?

—Lo haría, pero ahora mismo me encuentro con otro asunto que requiere mi total atención—explico Sofía—. Mañana llegará mi asesor personal, el cual se hará cargo de todo. Usted lo va ayudar en todo.

La Herencia Oculta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora