Ya han pasado días, y la mente de Clarissa solo reproduce en bucle al gorro seleccionador gritando ¡Slytherin! y ella corriendo hasta la mesa de su casa en el comedor.
No lo iba a negar, encajaba perfectamente ahí, y si la elegían en otra casa debia ser por un error; y el gorro seleccionador nunca se equivoca.
Pero algo la reconfortaba, que por lo menos tenía a Draco allí. ¿Lo malo? Sus amigos que lo persiguen a todos lados como si fuesen sus secuaces.
Todos eran tan estúpidos.
Aunque sea los días en Hogwarts eran decentes y algo divertidos... Siempre y cuando no tenga a cierto castaño taladrandole el oído con insultos. Aún no sabía la razón de por qué la molestaba y por qué la molestaba a ella habiendo demasiadas chicas. Era irritante.
La lechuza de Draco se acerco hasta la ventana del dormitorio de Clarissa, y con él trajo 2 papeles con la firma de Lucius y Narcissa para la actividad. En Beauxbatons no había nada de estas cosas, solo se daban clases y las pruebas de quidditch, que al finalizarlas te mandaban a dormir a las 8pm. Claro, Clarissa se escapaba y se dormía cuando quería.
El entusiasmo recorría las venas de Clarissa mientras caminaba junto a sus compañeros hacia el punto de encuentro con Hagrid para la excursión al Lago Negro. El otoño había teñido los terrenos con tonos dorados y rojizos, confiriendo un aire acogedor al castillo que se recortaba contra el cielo encapotado. Una fría brisa agitaba las copas de los árboles, desprendiendo algunas hojas que revoloteaban a su paso.
Clarissa inspiró el aire de la tarde, impregnado con el aroma a humedad, tierra y flores. Lejos estaban los veranos sofocantes en la llanura francesa junto a la tía Bellatrix. Por mucho que la nostalgia la invadiera, no podía negar la emoción que sentía ahora.
La castaña revisaba su mochila, asegurándose de tener la autorización, libros, pluma y tinta, agua... Sí, todo estaba en el lugar. Estaba por sacar los objetos cuand-
— ¡Clarissa, ayuda! — El grito de Pansy fue suficiente para que ella dejase la mochila tirada en el suelo y vaya a ver que sucedía. Ver a Pansy subida a la rama de un árbol hizo que su amiga soltará una risita.
— ¡Ayúdame a bajar, idiota! — La pelinegra añadió, mientras desviaba su mirada al grupo de chicos y le guiñará el ojo a Theodore.
La señal llegó al otro extremo, y Theodore hizo lo posible para disimular como agarró la mochila de Clarissa y sacó la autorización, metiéndola en el bolsillo de su pantalón. Volvió a dejar la mochila tirada allí y regresó con los demás chicos.
— ¿Por qué debería hacerlo yo? Ni siquiera tengo tanta fuerza. Que lo haga alguno de los chicos. — Clarissa respondió, retrocediendo en dirección a donde dejó la mochila.
— ¡Clarissa, no! Solo tú puedes ayudarme, por favor. — Pansy dijo, mientras fingía sollozar.
Clarissa negó con la cabeza y se apresuró hacia el árbol, ignorando las miradas de los demás. Apartó un mechón de cabello de su rostro y pensó qué hacer. Con agilidad, trepó por el tronco hasta alcanzar la misma rama donde Pansy se encontraba aferrada.
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piel - theodore nott.
Fanfiction❝ 𝗒𝖺 𝗇𝗈 𝖾𝗑𝗂𝗌𝗍𝖾𝗇 𝖾𝗆𝗈𝖼𝗂𝗈𝗇𝖾𝗌 𝗊𝗎𝖾 𝗍𝖾 𝗁𝖺𝗀𝖺𝗇 𝗌𝖾𝗇𝗍𝗂𝗋 𝗊𝗎𝖾 𝖽𝖾𝖻𝖾𝗋í𝖺𝗌 𝗂𝗋𝗍𝖾 𝖼𝗈𝗇 é𝗅.. ❞