01.  Sake for two.

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S: Si estuviera borracha, tal vez me impresionarían tus ridículas historias

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S: Si estuviera borracha, tal vez me impresionarían tus ridículas historias.
H: Me golpeó el orgullo y luego la billetera.

  El sol se ponía sobre Shells Town, tiñendo el cielo de naranja y púrpura, y con la hora, The Crab comenzaba a llenarse

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  El sol se ponía sobre Shells Town, tiñendo el cielo de naranja y púrpura, y con la hora, The Crab comenzaba a llenarse. El aroma a pescado fresco y especias se mezclaba con el sonido de risas y conversaciones animadas, creando una atmósfera bulliciosa. La taberna, de madera oscura y con un techo de paja, tenía un ambiente acogedor, con mesas de roble y sillas tapizadas en cuero. En la pared, una colección de jarras de cerveza colgaba sobre un enorme mapa del Grand Line, rodeado de dibujos de calamares y peces exóticos.

Stella, con su cabello blanco como la nieve y ojos azules como zafiros, se movía entre las mesas con una agilidad sorprendente. Era una joven de rostro delicado, pero con una mirada firme y decidida, producto de una vida dura. Su sonrisa, sin embargo, era genuina y cálida, como el fuego que ardía en el fogón de la taberna.

"Un vaso de ron, por favor", pidió un marinero robusto con una cicatriz que le cruzaba la cara. Stella, sin perder el ritmo, sirvió el ron con un gesto rápido y profesional.

"Y un plato de camarones a la parrilla, para acompañar", ofreció con una sonrisa, mientras el marinero le guiñaba un ojo. Los marineros, ávidos de un poco de diversión y alcohol tras un largo viaje, eran los clientes más frecuentes de The Crab.

A su lado, un hombre encorvado, con la cara roja y un aura de culpabilidad, miraba de reojo a su mujer, quien estaba sentada en una mesa a lo lejos, con una expresión de disgusto.

Stella sabía que el hombre había escapado de su esposa para una noche de desenfreno, algo bastante común en la taberna.

"Una copa de vino blanco, por favor", pidió una mujer de cabello castaño, con un rostro lleno de preocupación. Stella intuía que la mujer buscaba consuelo en el vino.

"Aquí tiene", le dijo con una voz suave.

Los piratas, en cambio, eran una rareza en el lugar. Stella no entendía por qué evitaban la taberna, pero nunca se atrevió a preguntar, ya que suponía que tenía que ver con la constante presencia de la Marina. Justo cuando terminaba de servir a un grupo de hombres, sintió una mirada penetrante clavada en ella.

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⏰ Última actualización: Aug 25, 2024 ⏰

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