"Estábamos demasiado cerca de las estrellas
Nunca conocí a alguien como tú
Cayendo igual de fuerte
Prefiero perder a alguien que usar a alguien
Tal vez sea una bendición disfrazada (Vendí mi alma por ti)
Veo mi reflejo en tus ojos"
fanfic original d...
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capitulo 30
"no, pero nos comimos"
—Ya no la quiero, es cierto, pero cuanto la quise, Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la deseo. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido, Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo— relaté suavemente
en la cabaña de los merodeadores, ahora apodada nuestra cabaña, ambos estábamos tirados en el suelo con un par de cojines y cobijas frente a la chimenea, yo me encontraba leyendo acostada de lado mientras Harry, quien estaba con su cabeza en mis muslos y uno de sus brazos abrazaba mis pantorrillas acariciándolas suavemente, con sus ojos cerrados me escuchaba
pare de leer y gire un poco mi cabeza hacia el, permanecía quieto respirando calmado, su piel desnuda brillaba ante la luz de la chimenea y sus hombros se movían ligeramente con cada respiración, sonreí antes de estirar mi mano y acariciarle el cabello, lo que hizo que el abriera sus ojos y girara su cabeza hacia mi
—¿es todo?— me preguntó
—¿quieres que lea mas?— sonreí
—por supuesto, estaba disfrutándolo— me dijo
—me encantaría pero es hora de volver— gruñó enterrando su cabeza detrás de mis rodillas —Harry, no seas Niño— le dije
—siempre arruinas el mejor momento— me dijo
—pero debemos volver— se incorporó afincándose de unos de sus brazos antes de gatear por encima de mi abriendo mis piernas con su otra mano para acostarse en medio de ellas, afincarse de sus codos y mirarme
—deben ser como las ocho apenas— dijo
—no fuimos a comer— dije
—no, pero nos comimos— añadió con una sonrisita inocente
—Harry— volvió a gruñir escondiendo su cabeza en mi cuello, a lo que solté una sonrisita
—un rato más— empezó a dar pequeños besos en mi cuello
—no, vamos, arriba, aún podemos llegar a la cena— dije poniendo ambas manos en su pecho
—un rato, un rato, un rato— empezó a susurrar subiendo cada vez más sus besos por mi cuello hasta llegar a mi boca tomándome del cuello para besarme, y cuando empezó a tocar mis piernas entendí sus intenciones, si, apenas un par de veces y ya lo conocía perfectamente
—no hagas eso, vamos— dije y el se levantó a regañadientes a vestirse, lo escuché murmurar un par de cosas inentendibles mientras se ponía los pantalones, y yo solo podía reírme desde mi lugar
