Otra historia mal contada...[Editando].

Parte 3

Pov  Maylin.

Me desperté temprano pese a todas las pesadillas que tuve con ese horrible lugar, después de bañarme y arreglarme, salí encontrándome otra vez a Fabio, quien me observaba como su mayor anhelo ¡Ja! Re-falso, Es un vil desgraciado que necesita estar con al menos ocho mujeres a la vez como mínimo para poder sentirse como un hombre. Y lo más irónico de todo es que, a pesar de tener tantas, parece incapaz de complacer a ninguna.

Ayer, supe que, después de nuestra separación, los matones que custodiaban mi puerta no dejaban de hablar sobre cuán ansiosos estaban por cambiarse de guardia. Fabio había mandado traer un montón de mujeres, calculaban unas 50, entre ellas reinas de belleza y modelos. Me preguntaba, entonces, ¿por qué él se empeña en mí? ¿Por qué quiere que seamos novios cuando puede tener a todas esas mujeres? Yo... soy simplemente una mujer común. Me educaron para casarme y manejar algunos negocios, no para caminar en pasarelas y cautivar a los hombres.

¿Por qué realizar su romance idealizado conmigo y no con un modelito de las que trae? ¿Qué busca en una mujer?

Fabio: Qué bonito te queda ese vestido. Te ves linda con él. Cualquier harapo lo haces ver como la prenda más fina y hermosa (Y ahí estaba mi supuesto amor infiel).

Maylin: (Alce la mirada hacia él con desdén) Ni que fuera una de esas modelos que trajiste ayer. (Lo miro con desdén) Tus hombres estaban locos por correr hacia ellas. ¿A cuántas les hiciste la vida miserable?

Fabio: (Fabio alza una ceja y cruzó sus brazos) ¿Estás celosa? No tuve sexo con ninguna, solo me la mamaron (Estupido cínico...¿Cómo puede ser tan idiota?)

Maylin: (Hable sin esconder mi sorpresa por su cinismo) Qué consuelo... Gracias, eso me reconforta en las mañanas, (Intento marcharme, pero él me agarra del brazo) Quiero ir a desayunar, tengo hambre.

Fabio: (Fabio sonríe mientras me observa) ¿Estás celosa? Dime que no quieres más mujeres en tu casa y así será. Solo tienes que ordenarlo. Tú lo sabes (Me reí con desdén y sorpresa: ¿Podría ser más idiota?)

Maylin: Ya quisieras, bodoque. (Dije zafándome de su agarre) Gracias a esas mujeres puedo dormir un poco en paz. Por mí, trae 100 más si quieres, con tal de que no me fastidies a mí. (Dicho esto, me marcho, bajando las escaleras).

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Pov  Fabio.

Antony me trajo dos caballos realmente impresionantes. Uno de ellos era negro con una melena preciosa, y su mirada era tan imponente como elegante. Me encantaba cómo se veía, casi como una extensión de lo que siempre he querido proyectar. El otro era blanco, casi dorado, con un tono crema que lo hacía parecer sacado de un cuento de hadas. Era precioso y delicado, como un sueño en forma de caballo.

Había leído en tantas historias que para una mujer, cosas como estas pueden ser realmente románticas. Así que esperé que le gustaran a Maylin y que, tal vez, con este gesto, pudiera ganarme su amor.

Fabio: (Hable con más entusiasmo del normal) ¡Que traigan a mi señora! ¡Rápido, antes de que pierda la paciencia! (Mis hombres fueron a buscarla mientras yo observaba, viendo cómo Maylin se acercaba, luciendo reluciente como en la mañana) Mi amor, afortunados los ojos que te miran.

Maylin: (Ella observa con desdén a los caballos) ¿Y esto?

Fabio: ¿Te gustan?

Maylin: ¡No! (oh... parece que no le gustan los animales).

Fabio: (Trate de mantener la calma y seguir siendo amistoso y positivo) Los ensillaron para que diéramos un paseo, tú y yo... ¿No te agrada la idea? No me digas que no sabes cabalgar. (La veo suspirar y negar con la cabeza).