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Habían pasado un par de semanas, tal vez un mes, y Felix había estado viviendo en la casa de su hermano, además de ello, reforzó una relación con Seungmin, ahora se llevaban mejor

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Habían pasado un par de semanas, tal vez un mes, y Felix había estado viviendo en la casa de su hermano, además de ello, reforzó una relación con Seungmin, ahora se llevaban mejor.

— Seungmin-ah, iré a mi trabajo, llegaré en la noche, ¡cuídate! —

— Está bien Lixie, ten cuidado —

Sonrió levemente, seguido de eso salió de el hogar de su hermano, subió al bus que lo dirigía a su trabajo, no estaba tan lejos de el lugar donde vivía actualmente.

Por suerte, la paga era buena, tal vez en algunos días más ya podría mudarse, pero, aún no había ido por sus cosas a la casa de Hyunjin, o bueno, en una ocasión fue por algunas cosas, y ahora le faltaba la otra mitad, aunque dudaba si sus cosas seguían ahí.

No quería ir porque no quisiera, tenía miedo, además porque su hermano, Minho, le había dicho que ambos irían a su casa, pero estaba ocupado, y bueno, Christopher aún más.

Seungmin le había propuesto ir juntos, pero por seguridad de ambos, se canceló.

— Buenos días — pronunció suavemente, esbozando una sonrisa en su rostro —

— Buenos días Lixie —

Changbin era una de las personas que trabajaban ahí, ambos se llevaban bien, y habían conectado rápidamente.

— ¿Cómo estás? —

— Muy bien Binnie, gracias por preguntar, ¿y tu? —

— Me alegro que estés bien —

Acarició sus cabellos rubios con amor, le gustaban sus caricias.

Se encargaron de limpiar y preparar algunas cosas, los clientes llegarían pronto.

Ambos trabajaban en un restaurante reconocido de Corea, casi siempre había bastante gente, así que por la misma razón llevaban buena paga.

Felix siempre daba lo mejor de sí, quería que los clientes apreciaran su trabajo, así como ellos apreciaban la comida hecha para ellos.

La razón por la que lo contrataron fue por su carisma, un corazón bondadoso y alma resplandeciente hacía falta en aquel restaurante.

Además de ello, su belleza irreal era algo que era imposible de evitar mirar y contemplar, algo a su favor.

El gerente del restaurante fue a hablarle al pecoso, algo que claramente le pareció extraño a Felix, pero igualmente fue.

— ¿Me necesitaba? —

— Oh sí, solo quería decirte que va a venir alguien importante, así que quiero que tú, quiero que lo atiendas, si quieres puedo pagarte una hora extra —

Mi tonta muñequitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora