𝓐𝗂𝗍𝖺𝗇𝖺

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Desde su perspectiva, no podía dejarse llevar por el beso que intentaba iniciar el contrario, no podría caer en su sucia trampa . . . Me daría completamente mucho asco besarlo, y mucho más ser su pareja, la haría vomitar.

Su mente se llenaba de preguntas, algunas no debían estar en su cabeza, eran bastantes contrarias, pero ¿Cómo besará Danilo? ¿Besará bien? ¿O mal? ¿Quién besaría a su enemigo? Trataba de no sobrellevar para no ilusionarme sola.

El único que sabrá sobre los miles mambos que tengo en la cabeza, fue y siempre será Cochi, mi hermano mayor, aunque sea un drogadicto, lo quiero u aprecio de todas maneras, sin importar las peleas.

Aitana caminaba por los pasillos del colegio, con la mochila pesada en su espalda y la mente llena de pensamientos. Había sido otro día largo y aburrido, y estaba ansiosa por salir y escapar de aquel lugar que odiaba tanto. Sin embargo, antes de abandonar el edificio, decidió hacer una parada rápida en el baño. Nadie la vería, pensó, y podría darse un pequeño momento para relajarse.

Una vez dentro del baño, Aitana sacó de su mochila una pequeña bolsita con polvo blanco y una tarjeta doblada. Sin perder tiempo, preparó una línea y la aspiró de un solo golpe. Un escalofrío recorrió su cuerpo y una sensación de euforia la invadió por completo. Era como si todo a su alrededor desapareciera y solo existiera ella y la droga.

Sin embargo, justo cuando se disponía a salir del cubículo, escuchó una voz familiar que la hizo detenerse en seco. Aitana, ¿qué estás haciendo?, preguntó su hermano Cochi, con la mirada fija en ella. La sorpresa y el pánico se apoderaron de Aitana, quien intentó ocultar el paquete de droga detrás de su espalda. Pero para su desgracia, su hermano ya había visto demasiado.

Cochi no pudo contener su indignación al ver a su hermana en ese estado. Con enojo en su rostro, se acercó a ella y le dio una cachetada fuerte en la mejilla. El sonido resonó en el baño, dejando a Aitana aturdida y con los ojos llenos de lágrimas. ¡¿Vos estás consumiendo falopa?! Pendeja de mierda!, exclamó Cochi, incapaz de contener su enojo.

Aitana se tambaleó un poco, sintiendo el zumbido en sus oídos por la fuerza del golpe. Nunca había visto a su hermano enojado de esa forma, y eso solo hizo que se sintiera aún peor consigo misma. Prefería seguir evitando la mirada acusadora de su hermano.

Cochi la miró con enojo, sabiendo que no podía simplemente ignorar lo que acababa de presenciar. Había visto a demasiadas personas caer en la espiral de las drogas y no estaba dispuesto a permitir que su propia hermana siguiera ese camino. Con determinación en sus ojos, tomó a Aitana del brazo y la llevó fuera del baño, ignorando las miradas curiosas de los demás estudiantes que pasaban por los pasillos.


- Llegamos a casa y vamos a hablar seriamente, pendeja de mierda. - Comentó con un tono de voz enojado, por lo cual el se tendría que hacer cargo de todo lo que haga su hermana menor

- Pero... Vos también consumís, solo me causo intriga y quería probar, además si lo hacía enfrente tuyo no me dejarías probar ni un poquito... Respondí, siguiendosela, entonces al ver su mirada penetrante, decidí quedarme callada. En ese instante, supe que lo mejor era quedarme en absoluto silencio, si no quería recibir otra cachetada y peor.

Al llegar a casa, Cochi esperaba previas explicaciones sobre las acciones de su hermana, se estaba apunto de enojar u castigarla sin dejarla utilizar su celular.

- Sos un pedazo de forro. Respondió con un breve rencor en el fondo de su corazón.

- ¿Cómo me dijiste, pendeja? Su mirada era penetrante, no había una mínima sonrisa en su rostro.

- Que sos un pedazo de forro. Eso mismo te dije, Cochi. Aproximadamente recibió una fuerte cachetada, dejándole la marca.

Aitana nunca pensó que volvería a encontrarse con su ex novio, Contigiani, después de haber pasado tanto tiempo sin noticias suyas. Habían terminado en malos términos y ella había decidido cortar todo tipo de comunicación con él, incluso bloqueándolo en todas sus redes sociales y borrando su número de teléfono.

─  ୭ৎ ࣪  ۫ ¿𝓒𝗁𝖾𝗍𝗂𝗍𝖺? ੭୧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora