Mafin |One Shots

encontrar fuerza en tus brazos

One shot ubicado en el capitulo 133

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"Yo no me rindo"

Las ultimas palabras de Fina resonaban en la cabeza de Marta mientras ambas seguian fundidas en ese abrazo que simbolizaba una promesa que no tuvieron necesidad de poner en palabras.

Luchar. Juntas.

Las palabras de Fina habían hecho un click en su cabeza, haciendo que Marta fuese consciente de que a pesar de haber defendido su amor frente a su padre, las palabras de Damian y el miedo habían logrado debilitarla.

¿Como había podido siquiera pensar en rendirse?

Y es que no lo había pensado. Le había dejado en claro a su padre que estaba enamorada y que acabar su relación con Fina no entraba en sus planes, pero el miedo se había apoderado de sus palabras al momento de tener en frente a Fina.

Al ver a su chica tan sonriente, ignorando la avalancha de problemas que pronto las golpearía, Marta había verbalizado sin querer sus pensamientos.

"Todo ha terminado"

Ni siquiera ella sabia explicar con exactitud que había terminado exactamente.

¿Su relación? ¿Su secreto? ¿La felicidad que había conocido en los últimos meses gracias a la mujer que amaba?

No había pensado realmente en qué era lo que había terminado... probablemente si habían cosas que se hubiesen terminado esa misma mañana, como sus escapadas a Madrid con la empresa como excusa, o los pequeños momentos en los que podían permitirse encerrarse unos minutos a solas en el despacho...

Pero también se habían acabado gran parte de las mentiras y las especulaciones sobre los "Y si..."

Se habían terminado muchas cosas entre las cuales estaba uno de sus peores miedos, el cual había dejado de ser una simple pesadilla para convertirse en realidad

Pero esa realidad que comenzaba a imponerse poco importaba, porque gracias al cielo tenia a su lado a su cable a tierra recordandole que estaban juntas y que asi seguirian, juntas contra cualquier peligro que pudiera presentarse.

Abrazó a Fina con más fuerza, deseando poder vivir en el calor de los brazos de su novia para toda la eternidad, olvidando los peligros que las rodeaban.

—¿Estás más tranquila? –Susurró Fina sin soltarla–

Marta no respondió. No era capaz.

Porque acababa de caer en cuenta de que había estado a punto de permitir que el miedo terminase con la mejor cosa que le había pasado en la vida, y eso le dolía más que la decepción en las palabras de su padre

—Marta...

Fina se apartó lo suficiente para mirarla a los ojos. Marta intentó esbozar una sonrisa, pero tan rápido como lo hizo, esta comenzó a desvanecerse, sus labios tambaleándose mientras Marta intentaba no mostrarle a Fina el miedo y la tristeza que aun seguian apoderándose de ella

Fina le regaló una sonrisa melancólica.

—Marta... —Habló con suavidad—

—Es...estoy bien —Balbuceó–

—Sabes muy bien que conmigo no tienes que guardar las apariencias— Le recordó Fina antes de volver a envolverla en un abrazo—

Al sentirse nuevamente protegida en los brazos de Fina, Marta no pudo sostener más el papel de mujer fuerte, dejando escapar un llanto desgarrador a la vez que se aferraba a la morena mientras sentía como sus piernas flaqueaban. Fina la sostuvo con firmeza y ternura a la vez, acariciando sutilmente su espalda.