Amor culpable

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Las palabras en las cartas del omega Jimin habían sido claras, cargadas de sentimientos hacia Jungkook, de eso no había duda. Taehyung devolvió el celular a su dueño quien parecía haber releído en sus pensamientos el mensaje por enésima vez. 

-Quién podría decir que un omega de compañía podría escribir algo así ¿verdad?- miró la pantalla donde aún estaba brillando el mensaje y lo llevó a su pecho atesorándolo -Cuando pienso en todo lo que ha hecho por mi, no me perdono el haberlo dejado. A pesar de su enfermedad, está escribiendo, pensando en mi y pronunciando mi nombre. Pobre de mi querido Jimin- Y dando rienda suelta a sus sentimientos dejó salir unas lágrimas que luego limpió -Quien me viera lamentarme así, me tomaría por un niño, pero es que nadie sabe lo que he hecho sufrir a ese omega, lo cruel que he sido y lo bueno que ha sido él. Pensé que era yo quien tenía que perdonarlo, pero él es quien me otorga su perdón ¡Daria diez años de mi vida por poder llorar una hora abrazado a él!-

Tehyung a pesar de no conocer bien el dolor, sentía empatía por aquel joven y confiaba en que sus sentimientos eran reales. Trató de brindarle consuelo, pero no encontró palabras -¿No tienes familia aquí? ¿Alguien a quien le tengas confianza para confiarle tus penas y que te puedan ayudar?- 

-Ah, perdona, te estoy aburriendo. Sé que mi dolor te ha de importar poco porque no eres mi amigo ni un conocido siquiera. Te dejo, seguramente tenías cosas que hacer- se puso en pie y reverenció. 

el otro se paró también rápidamente -No, me estás malinterpretando. No es que no me importe lo que te sucede, pero no creo ser de ayuda para que te animes. Por favor, no te puedo dejar ir en ese estado, espera un poco en lo que se te recompones- 

-Me disculpo. El dolor hace que mis emociones se disparen. La gente en la calle se me quedará viendo como si fuera un niño llorón- ambos rieron un poco -Me hiciste feliz dándome la libreta, en verdad no sé como agradecerte- 

-Ya te dije. Podrías desahogarte y contarme tu pena. Dicen que contándolas se aminora el dolor. 

-Tienes razón, pero a como me siento, no podría decir ni tres palabras sin llorar. Tal vez otro día pueda regresar y contarte; verás que tengo razón para extrañar al pobre Jimin. 

Taehyung estuvo a punto de abrazarlo, la mirada del joven era bondadosa y amable aún cuando sus ojos volvían a ponerse acuosos por las lágrimas. 

El castaño se dio cuenta y desvió la mirada -Nos vemos luego- y haciendo un esfuerzo inaudito por no llorar hasta salir a la calle, se fue del departamento. 

Pasó un tiempo en que Taehyung no supo nada de Jungkook, pero sí acerca de Jimin. Era como un fenómeno extraño que de repente, una persona que su existencia y nombre  había sido indiferente pasara a ser el centro de atención y se le escuchara mencionar en conversaciones con amigos con los que nunca antes se había conversado sobre él. Así, estaba en un bar con amigos alfas y de pronto se sorprendió cuando escuchó a uno preguntando a otro. 

-Hey Woo-shik ¿Conociste a un tal Park Jimin?

-¿El omega de las flores? 

-Exactamente 

-Oh si ¡Mucho!

Aquel "¡Mucho!" fue acompañado por sonrisas cómplices que delataban su significado. 

-Y bien ¿Cómo era ese chico?- preguntó Taehyung. 

-Qué quieres que diga, era bueno- todos en el grupo volvieron a reír menos el pelinegro que dirigió una mirada inquisidora a su amigo -OK, Ok... Quizás podría decir que era de trato agradable y muuuuuy inteligente- cargó esto último con un tono sarcástico. 

El omega de las floresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora