Nueva vida

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Una mañana Jimin se despertó cuando el sol resplandeciente le dio en la cara, saltó de la cama y preguntó a Jungkook si quería llevarlo a pasera todo el día en el campo a lo que él aceptó. Encargaron entonces a Hee-Chul que si el señor Wang iba, le dijera que haciendo un día tan hermoso había aprovechado para ir al campo con Si-Hyuk. 

Así los dos enamorados subieron al auto azul encaminándose hacia los campos de té verde de Boseong. Un paraje hermoso donde caminaron entre las verdes praderas y montañas cubiertas de plantaciones desde donde se podía apreciar el mar. Ahí, tomaron muchas selfies, comieron helado de té verde, pasaron un momento hermoso en pareja. 

-Siempre he asociado el campo al amor y no es para menos. No hay mejor marco para el ser amado que un cielo azul, el olor a la naturaleza, la brisa y la soledad. Si has estado alguna vez verdaderamente enamorado, ya habrás experimentado esa necesidad de aislar a tu omega del mundo, perderte en su perfume y hacerlo tuyo

Taehyung sonrió -Me lo puedo imaginar- él no había encontrado aún a su omega o a alguno que le hiciera sentir cosas a ese grado. 

-Pues bien, yo estaba enamorado, totalmente seguro de que Jimin era mi destinado, pero también sabía que no era un omega ordinario. En Seúl podía cruzarme a cada paso con un alfa que hubiera sido su amante o podría serlo al día siguiente, pero en el campo, en medio de personas que nunca habíamos visto y no se fijaban en nosotros, podía amarlo sin vergüenza y sin temor. Allí no tenía a un omega de compañía; tenía a mi lado un omega joven, bonito que yo quería y me quería. 

-Fuimos a dar un paseo cerca del mar. Nos sentamos en la arena contemplando el atardecer, con ese aroma y brisa deliciosos que llevaban a mis fosas nasales esos aromas y el del omega a mi lado que me tomaba del brazo y recargaba su cabeza en mi hombro mientras me repetía sin cesar cuánto me amaba. 

-Después caminamos un poco por entre los campos de té y encontramos una pequeña casita en una colina. En unos segundos me imaginé viviendo en ésta junto con Jimin. Durante el día viendo hacia el mar y los campos y por las noches entregándonos con pasión cerca de la chimenea. 

-Qué casa más bonita ¿Verdad Jungkook?- dijo el omega que había seguido la dirección de la mirada del otro y quizá su pensamiento.  

-Sí, lo es. 

-También me gusta mucho ¡Ven! ¡Vamos a ver si está en renta!- y jaló su mano sin esperar una respuesta y echaron a correr hacia ella. 

Al preguntar, supieron que sí cabía la posibilidad de alquilarla, pero ésta era algo cara lo que desanimó al pelinegro y el otro lo notó. Al no desear verlo cabizbajo tomó una decisión un tanto apresurada. 

-¿Serías feliz aquí Jimin? 

-Si estuviera contigo sería feliz en cualquier lugar. Pero sí, esta casa es hermosa. 

-Entonces deja que la alquile. 

-¡Por la Luna! No. Sabes de sobra que no puedo aceptar nada que no venga de un hombre determinado. Deja que yo me encargue de esto y no digas más. 

-Sabía lo que me quería decir Jimin con esa resolución. Sabía que yo lo tenía, que era a mi a quien amaba y por tanto pensé en que podría ser un poco menos escrupuloso. 

Ambos volvieron a Seúl por la noche en el auto. Entraron a la casa del omega y tal como habían estado esperando, volvieron a demostrarse su amor en la habitación. Al día siguiente a las seis, Jimin despertó al alfa para que saliera pues el señor Wang había avisado que llegaría a eso de las ocho. 

Unas horas más tarde envió un mensaje diciéndole que iba a Boseong con su protector y que a las nueve de la noche lo esperaba en la casa de Si-Hyuk. 

El omega de las floresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora