Prólogo

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FREEN

Tengo 26 años y soy la dueña de Sarocha , una de las empresas de marketing más exitosas del país. Mi vida es un reflejo de mi personalidad: fría, calculadora y sin espacio para la debilidad.

Recuerdo mi infancia como una serie de lecciones para sobrevivir. Mi madre, una mujer ambiciosa, me enseñó que el éxito es lo único que importa. Mi padre, un hombre débil, me demostró que la emoción es sinónimo de fracaso.

A medida que crecí, me convertí en una versión más joven de mi madre. Me enfocé en mis estudios, en mi carrera, y en construir un imperio que me permitiera controlar mi destino.

Nunca tuve tiempo para amigos, para relaciones, para amor. Eso era débil. Y yo no soy débil.

Hoy, miro hacia atrás y veo una vida de logros, pero también de soledad. Mi empresa es mi todo. Y yo soy la mujer de hielo que la lidera.

Pero algo ha cambiado recientemente. Una nueva empleada, Becky Armstrong, ha entrado en mi vida. Es joven, apasionada y... diferente. Me desafía, me cuestiona, y me hace sentir... algo. No sé qué es, pero me incomoda.

No sé qué pasará a continuación, pero una cosa es segura: no dejaré que nada, ni nadie, me haga perder el control. Soy Freen Sarocha, la mujer de hielo. Y no voy a cambiar.

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Tengo 25 años y siento que mi vida está llena de luz, a pesar de las sombras que he enfrentado. Creací en una familia amorosa, pero no sin desafíos. Mi madre era una artista, mi padre un músico, y nuestra casa era un refugio para la creatividad.

Recuerdo mi infancia como una explosión de colores y sonidos. Mi hermano y yo crecíamos jugando en el jardín, imaginando mundos fantásticos. Pero cuando tenía 10 años, mi padre se enfermó y nuestra vida cambió. Mi madre trabajó duro para mantenernos, pero la oscuridad de la enfermedad y la pérdida se cernió sobre nosotros.

A medida que crecí, me aferré a la luz que mi familia me había enseñado a ver. Me enfocé en mi educación, en mi pasión por las redes sociales y la comunicación. Quería hacer algo que hiciera una diferencia en el mundo.

Después de la universidad, comencé a trabajar en pequeñas empresas, pero siempre soñé con algo más. Y entonces, recibí la oferta para unirme a Sarocha Enterprises como líder del equipo de redes sociales. Era un desafío enorme, pero sabía que podía hacerlo.

Ahora, estoy aquí, trabajando para Freen Sarocha, la mujer de hielo. Es intimidante, pero también intrigante. Hay algo en ella que me llama, algo que quiero descubrir.

No sé qué pasará a continuación, pero estoy lista para enfrentar el desafío. Estoy lista para encontrar la luz en la oscuridad.

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