Capítulo XXVIII

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No ocurrió como lo había planeado.

Después de que tomara la decisión, tras pensarlo muy bien, de arriesgarse y confesarle a Levi sus sentimientos, procuró hallar el momento idóneo que les permitiera conversar tranquilamente. Hubo un par de ocasiones en las que, movida por las imágenes hipotéticas y favorables que desplegaba su mente para alentarla, se dispuso a redactarle un sencillo mensaje para citarlo en determinado día, pero luego de que nervios traicioneros la invadieran y la buena predisposición se tambaleara, optó por aplazarlo hasta reprocharse su falta de coraje que no la llevaba a ningún lado, prometiéndose sí o sí que la tercera sería la vencida y que no habría otra oportunidad... aunque su noción sobre el contexto fuera muy distinta a lo que se desarrollaría más adelante.

Si debía ser honesta, le causó mucha confusión cuando el azabache, aparte de asomarse de la nada, se comportó de manera poco amigable después de pedirle que hablaran. Peor fue al rato en el que empezaron las recriminaciones sin razón aparente, mismas que no eran más que un producto de escenarios ficticios que no tenían ni pies ni cabeza, y aunque trató de mantener la calma, su carácter se mostró implacable y perdió los estribos ante la provocación, explotando en una declaración no medida que dio paso, posteriormente, a aquello que en teoría debía tener lugar en la mejor de las situaciones.

Sí. Efectivamente no ocurrió como lo había planeado, pero se quedaba con lo que había conseguido y, sin lugar a duda, representaba el mayor motivo de su alegría ahora.

Consciente de que la oficialización no podría permanecer como un secreto, le propuso al azabache contárselo al círculo más cercano de cada uno para evitar que se enteraran por terceros. Él no tuvo inconveniente y acordaron, en primera instancia, hacerlo cada quien por su lado; sin embargo, cuando casualmente encontraron a sus amigos luego de dos días estratégicamente reunidos en la Aso, intercambiaron una mirada rápida en la que se dijeron todo sin utilizar palabra alguna y los interrumpieron en sus actividades lúdicas para reunirlos en una zona relativamente alejada de otros chicos, generando intriga en ellos luego de hacer alusión a que tenían algo importante que decirles y transformándose esta en un auténtico shock, mismo que desfiguró sus rostros como era de esperarse (a excepción de Armin e Isabel cuyas reacciones fueron otras) antes de dar paso a un denso mutismo que los envolvió por algunos segundos.

—Ok. Déjennos ver si entendimos —habló Marco, espabilando a medias mientras los miraba alternadamente—. Ustedes, que eran algo así como enemigos jurados, ¿de verdad empezaron a salir?

—Aunque parezca imposible —aseveró la ojigris.

—Vaya. Esto... es muy inesperado. Definitivamente la noticia del día —acotó Jean.

—¿Del día? Yo más bien diría la mega hazaña de los últimos tiempos —intervino Hange, quien ya se había demorado en reaccionar.

—No exageres, cuatro ojos —Levi puso los ojos en blanco.

—Los dioses saben que no lo hago, amigo mío. En especial, teniendo en cuenta las veces en las que te quejabas cuando topábamos el tema "Mikasa" —enfatizó—. Erwin aquí presente puede dar fe de ello.

—Desde luego —agregó el aludido, volteándose hacia él—. Salías fácilmente de tus casillas a la mínima insinuación, lo que de cierto modo era también bastante cómico.

—En ese caso, no hay mayor diferencia, porque con Mika sucedía exactamente lo mismo —mencionó Mina a la vez que recordaba esas ocasiones de hace ya varios meses atrás.

—No lo voy a negar —admitió la azabache.

—Bueno. No se podía esperar otra cosa después de un comienzo desastroso —dijo la castaña seria—, pero para que hayan saltado de ello a lo de ahora, deben haber atravesado una muy interesante trayectoria digna de una reseña —lo miró contemplativa y, sobre todo, ávida de detalles.

ARO AL CORAZÓN (RIVAMIKA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora