Todas las buenas historias inician con un había una vez...
Y este es el había una vez de Benj y de Rory, el comienzo de su dulce relacion de cuentos de hadas.
ʷʳⁱᵗᵗᵉⁿ ᵇʸ ᵖʷʳⁱᵗᵃᵃ
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Era el primer día de preparatoria, la rubia había llegado hace alrededor de 2 semanas y aún le hacía falta acostumbrarse de nuevo a algunas cosas, como que ahí el horario era diferente, el recordar no maldecir en francés cada 5 segundos, lo diferente que eran los macarrons, todo ese tipo de cosas triviales.
Y con el tiempo algunas cosas se iban haciendo más fáciles, como por ejemplo llevaba 2 días sin decir palabrotas en francés
— Merde — O bueno, llevaba dos días sin decir palabrotas en francés, ya que gracia a qué se golpeó el dedo pequeño del pie con su tocador termino diciendo una.
Y es que estaba tan apurada por llegar a tiempo a la parada de autobuses que no tuvo nada de cuidado, era la tercera vez por la mañana que se golpeaba alguna parte del cuerpo.
Y es que ese día no la llevaría su madre, la cual se disculpo unas 500 veces por no poder acompañarla en ese día, pero recibió una llamada de emergencia del trabajo y tuvo que irse, son cosas que pasan muy a menudo si tu mamá es cirujana, por suerte su hermana sería llevada por Alyssa y Bailey, la chica que conocio hace unos días a la secundaria, ya que las chicas tenían las primeras horas libres, y Alyssa ama a su hermanita.
Su hermana era solo 2 años menor que ella y 3 años menor que Alyssa, lo que hacía que su relación fuera buena al no tener una gran diferencia de edad.
Y ahora Aurora tenía que tomar el autobús, que si bien ya lo había tomado, nunca lo había hecho sola y menos en una nueva escuela.
— Mi mochila — Dijo recordando lo que le faltaba, a tes de tomarla e ir juntl con su hermana a casa de los Nielsen.
Mientras tanto por el lado de Benj, estaba en el espejo haciendo algo que sabia que si alguien o veia lo tomarian como un loco.
Besaba su espejo el cual estaba en su puerta y "practicaba" como conquistaría al fin a la rubia que le gusta desde niño.
Quien diría que ambos tenían la misma meta para ese año ¿No? conquistar el corazón del otro.
Y a media sesión de besos con una imaginaria Aurora, su hermana habrio la puerta de su habitación, golpeando así la nariz del castaño.
— ¡¿Podrías tocar?! — Grito adolorido el castaño, antes de reaccionar y taparse además de la nariz también su ¿amiguito? ¿Parte íntima? Como quieran decirle.
— ¿Que carajos estás haciendo? — Pregunto con una cara
— ¡Nada! ¡Solo me estaba explotando un grano — Dijo algo exaltado el chico, intentando sonar creíble (obviamente no le creyó)
— Ouh, por un segundo creí que te estabas cogiendo la puerta — Dijo seria demostrando que no le creía ninguna palabra.
— ¡¿Te puedes ir?! — Dijo nervioso y exaltado el castaño
