𝐟𝐮𝐜𝐤 𝐦𝐞 𝐡𝐚𝐫𝐝 𝐚𝐧𝐝 𝐝𝐢𝐫𝐭𝐲

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La lengua del mayor lamió con delicadeza una de las mejillas traseras del menor, dejando también un suave beso en aquella zona, Juan tenía sus ojos cerrados mientras su mejilla estaba recostada en la mesa, su trasero estaba alzado y expuesto ante ...

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La lengua del mayor lamió con delicadeza una de las mejillas traseras del menor, dejando también un suave beso en aquella zona, Juan tenía sus ojos cerrados mientras su mejilla estaba recostada en la mesa, su trasero estaba alzado y expuesto ante Spreen, quien llevaba ya diez minutos jugando con su poca paciencia.

Juan no sabía lo bien que se sentía que lo lastimaran de aquella manera, se sentía tan vulnerable y tan perdido con aquella sensación que recorría su cuerpo.

— ¿Estas bien? — Spreen preguntó para después dejar otro beso en su redondo trasero.

Juan asintió, no quería hablar porque sabía que fallaría al hacerlo y no quería que Spreen viera la manera en la que estaba. Sintió una vez más la respiración de Spreen cerca de su dilatada entrada, la cual parecía casi estar lista gracias a las caricias que el híbrido dejaba sobre su sensible zona.

— ¡Spreeeeeen! — soltó un grito cuando la lengua del mencionado se introdujo en su estrecho agujero, Juan negó una y otra vez por la vergüenza — ¡Spreen!... e-eso es extraño...

— Podés decir la palabra y pararé.

Se alejó para escuchar aquéllas palabras y dejó un beso en su entrada, Juan se removió al instante en que sintió aquel beso, negó otra vez mientras chillaba gracias al placer que su cuerpo sentía.

— N-no... no te detengas — se sintió tan avergonzado pero aún así lo dijo, porque lo deseaba, su cuerpo deseaba aquélla atención. Spreen sonrió y volvió a acercarse para introducir una vez más su sinhueso y comenzar a moverlo para penetrar aquel oscura entrada, lamió, chupó y succionó aquel débil lugar del castaño, escuchando como Juan gemía de placer y soltaba gruñidos al tratar de callar sus gritos, además de que podía sentir como todo su cuerpo temblaba.

Definitivamente todo era como lo imaginaba. Spreen se separó cuando sintió que ya era suficiente, entonces sus ojos enfocaron al lindo chico tendido en la mesa, el cual soltaba lágrimas por el rico placer y dolor que estaba experimentando.

El pelinegro sonrió satisfecho, hizo que Juan se volteara, tomando sus piernas y acercandolo hasta él, la linda y pequeña entrada de Juan estaba palpitando por el placer, Spreen podía ver como ésta se encontraba chorreando por la dilatación que le había hecho, seguían en su juego con la comida, pero Spreen no pudo evitar dilatar aquella entrada con un hielo.

Juan cubrió su rostro con ambas manos, evitando que viera la manera en la que se encontraba su rostro, todo sonrojado y cubierto en sudor y lágrimas. Se sentía tan avergonzado, pero parecía que aquella vergüenza se iba cuando Spreen lo tomaba con rudeza.

Spreen puso sus manos en la cintura de Juan, dándose cuenta de lo delgada que era y lo bien que se sentía su piel desnuda y a su disposición, cada una de las suaves piernas del castaño se acomodaron a cada lado del mayor, dejándolo completamente expuesto ante él.

— Juan, mírame — demandó. El menor se sintió algo abrumado, pero aún así fue quitando sus manos para poder ver al híbrido frente a él — , vení aquí.

 ๋࣭ ⭑ᑲ᥆ᥒ ᥲρρᥱtɩt  ୨ৎ  𝘀𝗽𝗿𝘂𝗮𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora