Ángel Caído[ Demon2]

†capítulo 2†

—Nuestra mente es un caos, la verdad, todos estamos locos en algún sentido—

Atte: Iliana.Almenares_Ángel Caído

Ashley Crowell
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—Está despertando doctor—abrí lentamente los ojos y una punzada dolorosa atacó mi cráneo.

Rápidamente recordé todo lo que había sucedido anoche.

Ese chico de cabello blanco y rojizo.

Su lengua introducida hasta lo más profundo de mi boca.

Sus amenazas.

El tatuaje que me dejó.

Me levanté de golpe. Mis piernas se debilitaron y caí sentada en la cama. Se me dificultaba respirar con normalidad, pero solo me preocupé por un objeto, Layla.

—¿Lay?—Le llamé, haciendo un recorrido en busca de su persona por toda mi habitación.

Necesitaba comprobar que estaba bien y que ese chico raro no le hizo daño.

Por alguna razón me sentía más débil de lo usual, pero también opté por ignorar eso.

—Ash, ¿Te encuentras bien?—me preguntó algo preocupada.

—¿Estás bien, el te hizo algo?—Layla frunció el seño ligeramente. Ella y el doctor intercambiaron miradas extrañados.

—¿De qué hablas Ash?—un suspiró pesado salió de mis labios.

—Lay ayer dijiste que ese crucifijo era para protegerme de el, me lo diste Lay ¿No lo recuerdas?—Layla se giró hacia el doctor y el asintió.

—No se preocupa señorita Layla, la fiebre tan alta hace delirar a las personas, Ashley estará bien en unas horas, pero por lo tanto que no salga de aquí—Layla asintió y llevo al doctor a otro sitio.

Fui al cuarto de baño y al mirar mi aspecto en el reflejo del espejo quedé helada. Es verdad que me había abandonado hace mucho, hace tanto que ni siquiera me arreglaba.

Tenía unas ojeras que parecían sombras oscuras debajo de mis ojos, mis labios estaban quemados. Mi piel estaba más pálida de lo usual. Mi cabello negro lucia despeinado. Me repase a mí misma atravez del espejo. Mis ojos azules recorrían cada parte de mi rostro con horror.

¿Que me estaba sucediendo?

Mi piel comenzó a ponerse negra y mi boca se abrió de una forma inhumana. Retrocedí hasta que mi espalda chocó contra la pared. Pero el reflejo siguió en la misma posición, sonriéndome de una manera tan difícil de describir. Abrí los ojos al máximo al ver como el cuerpo del reflejo comenzaba a salir con los ojos negros completos y aún sonriendo por el espejo.

—¡Ayuda auxilio! ¡LAYLA!—Edtaba tan asustada que mis ojos se llenaron de lágrimas.

—Ashley..—escuché una voz. Su voz ronca y suave. Mis vellos se erizaron al sentir su aliento cálido chocar contra mi cuello—te ves tan deliciosa—quedé paralizada al sentir su lengua hacer contacto con la piel desnuda de mi cuello.

—¡Para déjame en paz, maldito seas!—Cerré los ojos con fuerza y apreté mi muñeca hasta el punto en que comenzó a brotar un líquido.

No,no,no,no,no,no,no,no,no,no,no...¿porque me pasa esto a mi?

—Por favor no me toques—sentí como una sonrisa se le formaba en su perfecto rostro debajo de mi cuello. Lamió y chupo con deseos mi clavícula.

Apreté aún más mi agarre en mi muñeca. Sentía asco, quería apartarme de el pero mis piernas no se movían. Sentí el líquido cálido brotan por mi muñeca.