𝚂𝙸 𝙲𝙾𝙽 𝙴𝙻 𝙿𝙴𝙽𝚂𝙰𝙼𝙸𝙴𝙽𝚃𝙾 𝚂𝙴 𝙲𝙰𝙼𝙸𝙽𝙰𝚁𝙰 𝙲𝚄𝙰́𝙽𝚃𝙾𝚂 𝙺𝙸𝙻𝙾́𝙼𝙴𝚃𝚁𝙾𝚂 𝙰𝙻 𝙳𝙸́𝙰 𝙴𝚂𝚃𝙰𝚁𝙸𝙰 𝙲𝙾𝙽𝚃𝙸𝙶𝙾.
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NARRA ____:
Me llamo ____ ____, soy una persona común y corriente que ha cambiado de residencia debido a problemas de trabajo con mis padres. Generalmente diría que esto es genial pero no, no es el caso, he dejado una vida, recuerdos, amigos y buenos momentos.
De cualquier modo...espero estar bien aquí y que no haya.. desastres. Soy un chico al que le gustan mucho los accesorios de mano, como anillos, pulseras y cosas así.
Ahora mismo, estaba dejando las últimas cajas en mi habitación. Hasta ahora la estancia ha estado calmada y el barrio no parece nada fuera de lo común. Después de un rato bajé y mis padres estaban abajo acomodando el comedor y la sala, me puse como ayudante voluntario y no pasó mucho cuando terminamos. Técnicamente solo faltaban los cuartos pero de eso cada quien se ocupa de lo suyo. Luego de un rato mi madre me ofreció salir para conocer el lugar, con gusto acepté pues me gusta mucho caminar y ver nuevos lugares, aunque claro, llevé un mapa.
Comencé recorriendo mi vecindario, al parecer mis vecinos son la familia Saiki y unos.. de apellido más raro. Me seguí hasta llegar a más lugares. Para cuando regresé la comida ya estaba hecha y el lugar ya estaba acomodado y con ligeros toques de decoración. "¿Qué tal el lugar, cariño?", preguntó mamá tomando un sorbo de su bebida.
"Nada mal, está muy lindo y conocí buenos lugares para comprar e incluso una cafetería camuflada", sonreí con suficiencia, no era la gran cosa pero para mi era bastante excitante.
"Me alegra. Pronto iremos también a conocerla", interrumpió por unos segundos. "Por cierto...los vecinos nos invitaron a pasar el rato"
"¿Quienes?" Pensó unos segundos tratando de recordar. "Sai..¿Saiko?", respondió mi padre con duda. Nunca tuvo buena memoria.
"Saiki", corregí. "Ví su etiqueta cuando salí." Sonreí un poco mientras daba el último bocado de mi comida.
"Ya lo sabes. Bien, en unos quince salimos", antes de que me levantara me detuvo. "Además de que mencionaron tener a un hijo de tu misma edad."
Me sorprendí. "¿En serio? Que bien, quizás así pueda ayudarme con la ubicación de mi nueva escuela."
"Yare yare...claro que no"
"Seguro que sí. Anda y lava tus platos" Asentí y me dirigí al fregado para lavar los trastes que salieron y los que usé. No pasó mucho cuando finalmente salimos, mis padres se pusieron más cómodos con sus vestimentas y yo simplemente siendo yo. Al llegar vimos a una joven y bella...¿Señora?, uf.. seguro que es como mamá.