𝐓𝐑𝐄𝐒.

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You're in my world now, you can stay, you can stay
But you belong to me, you belong to me
If it hurts to breathe, open the window
Oh, your mind wants to leave but you can't go
This is a happy house, we're happy here
In a happy house, oh this is fun

✷house of balloons — the weeknd.

Su caballo resoplaba por el cansancio, las pequeñas gotas de lluvia se impregnaban por su piel descubierta

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Su caballo resoplaba por el cansancio, las pequeñas gotas de lluvia se impregnaban por su piel descubierta. Aemond se maldijo a si mismo por elegir aquel día para cabalgar por el bosque real, pero sentía que debía despejar su mente.

Cabalgaba sin rumbo alguno, le reconfortaba respirar el aire fresco y el silencio intermitente. Después de pasar toda su vida viviendo en un castillo lleno de gente, siempre era un alivio desconectarse un poco.

Le era difícil conciliar el sueño desde hace unas semanas, y cuando por fin lograba dormir, tenía el mismo sueño una y otra vez, donde una serpiente se enroscaba en su cuello impidiéndole respirar.
El sentimiento sofocante lo atormentaba, sentía una recurrente presión en el pecho, se lo había atribuido a la falta de descanso.

"¡Aemond!" — Escuchó una voz detrás de él, haciéndolo detenerse de golpe. "Por los dioses, creí que no lo encontraría nunca." — Dijo aquella voz, mientras jaleaba, mientras montaba a su caballo.

Aemond reconoció la voz, se trataba de Ser Criston Cole, el Lord comandante de la guardia real.
Aquel hombre era muy cercano a él, fue lo más cercano que tuvo a una figura paterna en su niñez.

"Ser Criston." — Dijo el principe, con un tono suave, pero frío a su vez.

"Su majestad la reina está preocupada por usted, Lleva dos días sin regresar al castillo." — Comentó Criston Cole.

"Mi madre es sobre protectora, ¿No lo cree, Ser Criston?" — Dijo Aemond, todavía montado en su caballo.

"Ella tiene sus razones para preocuparse, mi príncipe. Después de todo, usted a estado muy distante estas últimas semanas."— Dijo el Lord comandante.

Odiaba que su madre fuera tan comunicativa, a este punto, ya habría más guardias buscándolo por la ciudad.

"Dígale que estoy bien, que no necesita mandarme a un niñero para que me cuide." — Dijo molesto.

"No quiero que piense que hago esto por deber, mi príncipe. También me preocupo por usted."

Aemond lo estimaba, fue la única persona que no lo subestimó después de perder su ojo izquierdo.

"Y lo agradezco, Ser Criston."

"Regrese a la fortaleza, por favor. El clima es inestable y todos nos preocupamos por usted."

El príncipe reflexionó las últimas palabras que pronunció aquel hombre "Todos nos preocupamos" Y se sintió un tanto miserable, podía contar con los dedos de su mano las personas que de verdad podrían preocupar genuinamente por él.

𝕽EPRESSED - lucemondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora