Caminamos hasta la escuela, nunca nos gustó el autobús escolar, no teníamos tiempo para nosotros, como cuando mientras hablábamos de cualquier cosa, me gustaba caminar mientras el sol terminaba de salir, mientras tomaba su mano y escuchaba su voz quejarse de los lanzamientos musicales en la televisión, “Ya no hacen la música como antes, lo de ahora es una basura, en realidad todo comenzó a irse a la mierda con Green Day”. Me decía mientras caminaba y hacía movimientos con sus manos, a Saturno nunca le gustó Green Day, decía que era demasiado deprimente para su gusto, “Si soy depresivo, pero no a ese nivel”, me dijo una vez que se me ocurrió poner un casete en el estéreo de su casa. Tuve que aguantar al menos una hora y media de él quejándose de su música y criticando cada disco y canción.
Llegamos a la escuela y en la entrada nos esperaba el director, no sé qué había hecho esta vez pero estaba seguro de que yo culparía a Patrick y Saturno a David, unos amigos que teníamos en común, los cuales siempre nos convencían de hacer cosas que nos meterían en problemas. Probablemente el director se enteró de quién grafiteo el baño, o de aquella vez cuando Patrick rompió una ventana del salón de detención.
—Miller, te quiero en mi oficina por favor— dijo el director con una mirada seria moviendo su bigote entre lo que parecía ser cabello castaño y canoso, siempre mal cortado, aparecia siempre caminando lentamente como un gran pato gordo hacia la entrada, su calva brillaba con las luces del pasillo y parecía que con sus pasos el piso retumbaba. Me recordaba bastante al Tío Vernon de Harry Potter.
—¿Para qué me quiere ver?, no fui yo de todas formas, fue David. — Saturno mencionó con seguridad antes de cualquier cosa.
—¿A qué se refiere? Necesito hablar con usted, su padre me lo ha pedido. —
—¿Mi padre? — preguntó con confusión mirando al director y luego a mi, me limité a encogerme de hombros, después de todo, no era adivino como para saber qué tenia que ver su padre con el director.
—Si, ahora no me haga perder mi tiempo y acompáñeme ahora a mi oficina—Saturno se fue con él, no sin antes despedirse de mí.
Me fui a mi clase de Química donde tenía que hacer equipo con Saturno, quien estaba en la oficina en ese momento.
Después de diez tediosos minutos de la señora Pidgin explicando algo sobre combustiones vi que Saturno entró, se veía diferente, tenía la cara pálida y la mirada perdida, estaba como en estado de shock.—¿Qué te dijo? — le susurré recargando el peso de mi cuerpo sobre mis codos en el escritorio del laboratorio mientras me inclinaba para observarlo.
—Vamos a casa ahora, por favor. — me dijo aún sin mirarme, mientras con manos temblorosas guardaba sus cosas en la mochila.
Convencimos a Pidgin de que teníamos una especie de emergencia médica y logramos salir de su clase rumbo a la entrada principal de la escuela. Caminamos sobre nuestros pasos de regreso a casa, era extraño como San solo hace unos momentos en el mismo camino veníamos riendo y bromeando, y ahora solo caminábamos a pasó rápido sin emitir ningún sonido.
No quise hacer más preguntas, solo apresuramos el paso hasta llegar a casa de Saturno. Subimos a su habitación y se me lanzó tirándome al suelo mientras se aferraba a mí. Mi reacción fue abrazar a Saturno y acariciar su cabello negro revuelto y tratar de consolar su llanto, pues había empezado a llorar y a tener una respiración ligeramente errática, estaba confundido, no sabia que hacer, o como sentirme, no sabia que decirle, podía ser que dijera algo equivocado y lo arruinara, podía ser que hiciera una pregunta estúpida y lo pusiera peor de lo que estaba, así que respire profundo y dirigí mi mirada hacia los ojos negros y profundos de Saturno, intentando que también me mirara, lo cual conseguí sin esfuerzo, des sus ojos caían gotas de agua enormes. Finalmente me armé de valor y abrí la boca.
—¿Qué pasa? — pregunté por fin.
—Quiere que nos mudemos… — me dijo mientras se limpiaba las lágrimas y me miraba.
—¿Tu papá? —
—Si. —
—¿A dónde?—
—Inglaterra. —
—Voy a irme contigo— dije con total seguridad en mi voz.
—No puedes, tú tienes que estar aquí— me miró negando con la cabeza y sorbiendo la nariz.
—No, tengo que estar donde tu estés — le dije mientras también de mis ojos comenzaban a caer gotas de agua salada. — No puedes irte, te necesito conmigo, eres todo lo que realmente me importa.—
Saturno y yo nos abrazamos por lo que para mí fueron horas, estuvimos en el suelo hasta que mis piernas se durmieron, luego de eso nos acostamos en la cama y acaricie su cabello, no quería que se fuera, no quería estar lejos, sonaba egoísta en mi cabeza, pero realmente lo necesitaba, a mi parecer era el único amigo real que yo tenía, nos conocíamos desde pequeños, lo que era anteriormente un casual encuentro en un parque infantil, era una amistad de dieciocho años, una amistad que para mi significaba absolutamente todo. En ese momento, al igual que morir, mis recuerdos con Saturno pasaban frente a mis ojos, desde el tímido niño en el arenero del parque, hasta el adolescente que lloraba en mis brazos ahora.
De todas formas no podía irse ¿Cierto? Se sentía como un maldito duelo, estaba en mi etapa de negación total, no debía irse, me asustaba, como sea, Inglaterra era muy lejos, en Europa, ¿Qué haría Saturno en Europa? Tal vez conocería a un chico británico más guapo que yo, ni siquiera sabía hablar con extraños, le daba vergüenza por alguna razón, lo cual en esos momentos me hacía feliz ya que así no podría hablar con un chico británico más guapo, pero… Aún estaba la posibilidad de que el guapo chico británico (que me acababa de inventar) le dirigiera primero la palabra. Dejé de pensar en el chico que no existía, y pensé en Saturno, ¿Cómo lo llevaría? ¿Quién le prepararía el desayuno cuando tuviera resaca? ¿Quién lo llevaría a casa después de una fiesta? ¿Quién lo abrazaría como yo en un momento así? Todo eso me preocupaba y me mantenía ansioso.
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Saturno
Teen Fiction"Somos polvo de estrellas, nacimos de ellas y a ellas volveremos, así comienza "Saturno", es una novela que narra la historia de amor entre dos jóvenes, Zion y Saturno, en un verano que cambiará sus vidas para siempre. La trama se desarrolla en un a...