Era un día claro y brillante cuando Valeria, una joven aventurera, decidió explorar el bosque cercano a su hogar. Siempre había sentido una atracción misteriosa por el lugar, donde los árboles parecían susurrar secretos al viento. Sin embargo, tras adentrarse un poco más de lo que pensaba, se dio cuenta de que se había perdido.
Los árboles que antes le parecían familiares ahora se volvían sombras amenazantes. A medida que el sol comenzaba a ocultarse, una sensación de miedo la envolvió. Al girar sobre sus pasos, escuchó un leve sonido. Cuando se volvió, se encontró cara a cara con un impresionante lobo de pelaje plateado y ojos amarillos como el sol.
"¿No deberías estar en casa, pequeña?" dijo el lobo, sorprendiéndola no solo por su apariencia, sino también por la forma en que hablaba. La joven, atónita, retrocedió un paso, pero la mirada del lobo era intensa y calmante.
"No soy peligroso. Puedes decirme Yoongui, guardián de este bosque," explicó mientras se acercaba. "Permíteme ayudarte a encontrar el camino de regreso."
Valeria, cautivada por su voz grave y melodiosa, decidió confiar en el lobo. Yoongui la guió a través del bosque, mostrándole los lugares que nunca había visto: un claro iluminado por luciérnagas, un arroyo cuyas aguas brillaban como estrellas y un antiguo árbol que parecía contar historias de tiempos pasados.
A medida que pasaban las horas, una conexión especial creció entre ellos. Valeria podía sentir el poder y la sabiduría que emanaba de Yoongui, y en el fondo de su corazón, había algo más: una chispa innegable de atracción.
Cuando la luna llena emergió en el cielo, algo extraordinario ocurrió. Yoongui miró a Valeria y, ante sus ojos, su forma comenzó a cambiar. El lobo se transformó en un joven apuesto con un brillo etéreo. Sus ojos seguían siendo amarillos, pero ahora había calidez en su sonrisa.
"Soy también humano, pero sólo puedo mostrarme así bajo la luz de la luna," confesó Yongui.
Valeria, sorprendida pero encantada, se sintió atraída hacia él. El joven se acercó y, sin más palabras, sus labios se encontraron en un suave y tierno beso que robó el aliento de Valeria. Fue un momento de magia pura, y el bosque entero pareció suspenderse en el tiempo.
"Tu alma es tan hermosa como este bosque," le susurró Yoongui mientras se separaban, aun sintiendo la electricidad entre ellos. "Cada criatura en este lugar ha sentido tu conexión con la naturaleza."
"Y tú eres mi guía en este mundo y en el otro," respondió Valeria, con la voz aún temblorosa de la emoción.
Pasaron la noche explorando el bosque, compartiendo secretos y sueños, mientras la luna los iluminaba. Cada nuevo lugar que visitaban era una nueva oportunidad para sellar su vínculo con otro beso o un roce suave de sus manos.
Finalmente, cuando la luz del amanecer comenzó a asomarse, Valeria sabía que también debía regresar a casa. Yongui tomó su mano y la llevó hasta el borde del bosque. "Siempre estaré aquí, Valeria. Este bosque es nuestro, y siempre será un refugio para nosotros."
Ella sonrió, sintiendo que su corazón se quedaba atrás con él, y con una promesa en sus labios, se despidió: "Volveré."
Con ese recuerdo grabado en su interior, Valeria salió del bosque, pero sabía que había encontrado más que un camino de regreso; había hallado un amor eterno, escondido entre susurros y sombras.
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One shot BTS
FanfictionPequeñas historias relacionadas a cada chico de BTS . Espero les guste si tiene ideas en la cabeza no duden en decirme