Un adios Temporanio

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Las semanas en la casa de vacaciones han pasado rápido. Solo quedan dos días para que todos se vayan. Aunque el bullicio de la noticia del embarazo ha dado paso a una rutina tranquila, la tensión entre Robby y Tory es palpable. A pesar de la distancia, sus miradas se encuentran con frecuencia, llenas de emoción no expresada. Robby aún lidia con la ruptura con Charlotte, y sus sentimientos hacia Tory se complican con cada día que pasa.

Esa noche, todos se reúnen en el salón para ver una película en familia. Las risas y los comentarios llenan el aire mientras la película avanza. Tory y Robby, aunque están en la misma habitación, permanecen distantes, cada uno inmerso en sus propios pensamientos. Finalmente, la película termina, y uno a uno, todos comienzan a retirarse a sus habitaciones.

Tory se queda en el sofá, agotada. Robby, igualmente cansado, se sienta cerca de ella. Al poco tiempo, ambos se quedan dormidos, rodeados por la tranquilidad de la noche. Nadie quiere despertarlos, respetando el momento de paz que ambos han encontrado.

Es la madrugada cuando Robby despierta de repente en el sofá, confundido y desorientado. Se levanta y, sin saber bien qué lo impulsa, decide ir al jardín. Al salir, ve a Tory sentada en una banca, mirando las estrellas. La visión de ella lo hace detenerse, sintiendo una necesidad abrumadora de hablar con ella.

Se acerca lentamente, y Tory, al escuchar los pasos, levanta la vista. Sus miradas se encuentran, y la tensión se hace evidente.

—Tory —dice Robby, su voz quebrándose ligeramente—. No podía dormir. Tenía que hablar contigo.

Tory, con una mezcla de sorpresa y cansancio, lo invita a sentarse a su lado.

—Robby, ¿qué pasa? Es muy tarde para hablar de esto.

Robby se sienta al lado de ella, sus pensamientos y emociones desbordando.

—Hay tantas cosas que no hemos resuelto. Desde lo de Charlotte hasta todo lo que pasó entre nosotros. Me siento atrapado en una espiral de recuerdos y emociones.

Tory suspira, sabiendo que la conversación será difícil.

—Lo sé. Lo nuestro ha sido complicado desde el principio. Pero ¿qué esperas lograr ahora? ¿Qué podemos decirnos que no hayamos dicho ya?

Robby mira al frente, buscando las palabras adecuadas.

—Quiero entender por qué nos dejamos llevar por lo que pasó entre nosotros. ¿Cómo llegamos a este punto? ¿Por qué permitimos que todo se desmoronara de esta manera?

Tory baja la mirada, su voz temblando mientras habla.

—Quizá fue un error mantenernos tan unidos cuando nuestras vidas estaban en direcciones tan diferentes. El pasado siempre tiene una forma de atraparnos, y lo que tuvimos fue real, pero también lleno de errores. No es fácil simplemente olvidarlo, pero tampoco podemos seguir aferrándonos a lo que ya no podemos tener.

Robby, frustrado, se levanta y empieza a caminar en círculos.

—Siento que todo lo que construimos se ha perdido. Pero lo peor es que me doy cuenta de cuánto me duele verte alejarte. Me duele saber que te he perdido.

Tory se pone de pie, enfrentándolo.

—Robby, no es tan simple. Cada uno de nosotros ha cambiado y ha tomado caminos diferentes. Aunque lo que tuvimos fue especial, eso no significa que podamos volver atrás. Necesitamos aceptar que nuestras vidas han tomado rumbos distintos.

El aire entre ellos se llena de una tensión palpable. Robby se acerca a Tory, y antes de que pueda reaccionar, la besa con intensidad. El beso es una mezcla de desesperación y deseo, lleno de emociones reprimidas.

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