Gameplay se encontraba en su oficina, sentado en su elegante silla de cuero negro, con la luz tenue del atardecer filtrándose a través de las cortinas de terciopelo.
Los informes de sus betas descansaban sobre la mesa de caoba, organizados meticulosamente. A medida que leía los últimos movimientos de Kim, una sonrisa de satisfacción se dibujó en sus labios.
La información era clara: Kim tendría que abandonar el país en unos días para asistir a una conferencia en Japón, relacionada con la promoción de su nuevo disco.
Esto abría una oportunidad única, una ventana en la que podría atacar y tomar lo que Kim más amaba.
Gameplay entrecerró los ojos, perdiéndose en sus pensamientos mientras imaginaba cada paso de su plan.
Su corazón latía con anticipación, sabiendo que la ocasión que había estado esperando estaba por fin al alcance de sus manos.
Un golpe suave en la puerta lo sacó de su ensueño. Volvió a la realidad y alzó la vista justo cuando uno de sus betas entraba al despacho, inclinando la cabeza en señal de respeto.
Jefe, su socio ya ha llegado- anunció el beta, su voz firme pero respetuosa.
Gameplay asintió, dejando caer los informes en la mesa con un leve sonido seco.
Hazlo pasar- ordenó, su voz cargada de autoridad.
El beta salió de la habitación, y apenas unos segundos después, la puerta volvió a abrirse, revelando a un joven alto y de porte elegante. Su presencia era imponente, con una sonrisa controlada en el rostro.
Buenos días, Gameplay- saludó el recién llegado, inclinando la cabeza ligeramente en una mezcla de respeto y familiaridad.
Gameplay se levantó de su asiento, devolviéndole la sonrisa, aunque la suya era mucho más fría, cargada de una emoción oscura que bullía bajo la superficie.
Buenos días, Top, me alegro de que vinieras- respondió, sus palabras deslizándose suavemente mientras lo invitaba a entrar más en la oficina.
El ambiente en la habitación se llenó de tensión electrizante, como si ambos hombres fueran conscientes del poder que cada uno poseía y del peligro inminente que se cernía sobre todos sus planes.
Macao se encontraba arrodillado en el frío suelo de baldosas del baño, su cuerpo temblando mientras se aferraba al borde del inodoro. Un sudor frío perlaba su frente, y su respiración era errática.
Otra oleada de náuseas lo golpeó, haciéndolo inclinarse hacia adelante, vaciando lo poco que quedaba en su estómago con un sonido gutural.
El baño estaba en silencio, roto solo por el sonido del agua en el lavabo goteando suavemente.
Macao respiraba pesadamente, sintiéndose agotado hasta los huesos. Cerró los ojos por un momento, intentando calmar las punzadas de dolor que le atravesaban el estómago, pero el malestar seguía ahí, implacable.
Con un esfuerzo titánico, se levantó del suelo, apoyándose en el lavamanos para no perder el equilibrio.
En el espejo, su reflejo mostraba un rostro pálido, con ojos cansados y labios secos. Respiró hondo y se acercó a la bolsa que había dejado sobre el mostrador.
Sus manos temblaban ligeramente mientras la abría, sacando primero una pequeña caja de medicamentos para el vómito y mareos.
Se quedó mirando el paquete por un momento, casi como si quisiera convencerse de que eso bastaría para calmar el malestar que lo asolaba desde hacía días.
Pero lo que realmente llamó su atención fue lo siguiente que sacó de la bolsa: una prueba de embarazo.
La pequeña caja parecía pesar una tonelada en sus manos. Se quedó mirándola, su mente corriendo con un torbellino de pensamientos. Con un suspiro tembloroso, decidió enfrentarse a la verdad, sin importar lo aterradora que pudiera ser.
Con manos temblorosas, abrió la caja y siguió las instrucciones cuidadosamente, sintiendo una creciente sensación de ansiedad mientras lo hacía. Después de completar la prueba, la dejó sobre el borde del lavabo y se sentó en el borde de la bañera, sus rodillas aún débiles.
Los diez minutos que siguieron se sintieron eternos, con su corazón palpitando con fuerza en su pecho, cada segundo estirándose hasta lo insoportable.
Finalmente, cuando el tiempo transcurrió, Macao se levantó, sintiendo que sus piernas apenas lo sostenían.
Extendió la mano hacia la prueba y la levantó con cuidado, sus ojos fijos en la pequeña ventana de resultados.
Los segundos que siguieron se sintieron como una eternidad cuando sus ojos captaron lo que mostraba la prueba.
Dos líneas.
Macao parpadeó, su mente tardando en procesar lo que estaba viendo.
Su respiración se entrecortó, y una mezcla de asombro y confusión se apoderó de él.
Estoy... embarazado- murmuró, apenas capaz de creer lo que salía de su boca.
Repitió las palabras en su mente una y otra vez, como si necesitara confirmarse a sí mismo que aquello era real.
Un millón de pensamientos lo asaltaron de repente, pero uno se destacó por encima del resto. Todo el sexo que tuve con Kim... dio resultado
Una mezcla de emociones lo invadió, desde el miedo hasta una especie de anticipación temerosa. Sus manos temblaban mientras sostenía la prueba, su mente ya tratando de imaginar lo que vendría a continuación.
Tarán les gusto?
Opiniones!
Nos vemos en la próxima actualización
Love Is Love
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Toxic Love
RandomMacao no sabe con quién se acostó, pero lo quería repetir ya que habia sido el mejor sexo que tuvo, así que decide volver al mismo antro Kim se volvió adicto al cuerpo, aroma y sabor de su primo Macao después de haber tenido el mejor sexo de su vid...