𝒱ℐ

57 16 3
                                    

Estaba en mi habitación, sentado en mi escritorio, rodeado de libros y apuntes, haciendo mis tareas de siempre para la escuela

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estaba en mi habitación, sentado en mi escritorio, rodeado de libros y apuntes, haciendo mis tareas de siempre para la escuela. Mientras pasaba las páginas de mi cuaderno buscando la siguiente lección, un pequeño sobre blanco se deslizó entre las hojas. La carta. Había olvidado que la dejé ahí antes.

Por un momento, pensé en abrirla de nuevo, pero sacudí la cabeza y la dejé a un lado. "Primero lo importante," me dije, tratando de concentrarme en mis estudios. Sin embargo, a medida que avanzaba en los ejercicios, uno de ellos resultó más complicado de lo que esperaba. Frustrado, decidí regresar a las páginas anteriores donde Giyuu había anotado algunas notas y fórmulas. Tal vez ahí encontraría la solución.

Pasé las páginas rápidamente, y ahí estaban las notas. Pero de inmediato, algo en la escritura me llamó la atención. Me detuve en seco, frunciendo el ceño. La forma en que Giyuu trazaba las letras, me resultaba inquietantemente familiar.

Con un movimiento rápido, tomé la carta que había dejado a un lado y la abrí. Empecé a comparar las letras de la carta con las notas en mi cuaderno. Mis ojos se movían de un lado a otro, analizando cada trazo, cada curva de las letras. La similitud era innegable.

Justo en ese momento, escuché un suave toque en la puerta. Levanté la vista y aparté la carta y el cuaderno a un lado. Mi madre asomó la cabeza, sonriendo mientras sostenía una bandeja con algo para comer.

— Te traje un poco de merienda, cariño. —dijo, entrando en la habitación y dejando la bandeja en el escritorio— Has estado estudiando mucho. Por cierto, ¿dónde está Giyuu? Pensé que estarían estudiando juntos, como siempre.

Sentí un nudo en el estómago. Intenté mantener la calma, pero mi nerviosismo debió haberse notado en mi rostro.

— Eh, está ocupado... tiene cosas que hacer. —respondí, evitando mirarla a los ojos mientras organizaba distraídamente mis apuntes.

Por el rabillo del ojo, la observé levantar una ceja.

— ¿Pasó algo entre ustedes? —preguntó con suavidad, acercándose un poco más— Siempre han sido tan unidos...

Sacudí la cabeza rápidamente.

— No, no pasó nada. Solo que Giyuu ha estado... ocupado, eso es todo.

No parecía del todo convencida, pero no presionó más. En cambio, me dio una palmadita en el hombro y me sonrió con comprensión.

— Sabes, Kyojuro, a veces incluso los mejores amigos pasan por momentos difíciles. Pero si algo he aprendido, es que a pesar de las diferencias, todo se soluciona con el tiempo. No te preocupes demasiado, ¿de acuerdo?

Asentí lentamente, aunque mi mente seguía enredada en la confusión. Mi madre me dio un suave abrazo antes de salir de la habitación, dejándome solo con mis dudas y la carta en el escritorio.

Mientras masticaba un poco de la comida que ella había dejado, no podía dejar de mirar la carta y el cuaderno. Las palabras de mi madre resonaban en mi mente, pero las preguntas seguían ahí, sin respuestas claras.

   

   

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

   

   

   

💌༘   Love Letter; 𝑅𝑒𝑛𝐺𝑖𝑦𝑢𝑢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora