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— Lo siento

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— Lo siento.

Ella levantó la mirada hacia mí, una sonrisa se asomó en su rostro.

— Está bien. En realidad, no buscaba algo más, solo quería decirlo. —murmuró, con una voz que apenas superaba el ruido de fondo. Sus dedos seguían moviéndose nerviosamente- Que te vaya bien.

La miré por un momento, asintiendo con una leve sonrisa.

— A ti también. —dije, tratando de transmitirle algo de ánimo en esas pocas palabras.

Ella me dedicó una última mirada antes de darse la vuelta. La observé mientras se alejaba, sus pasos resonando en el pasillo vacío. Las palabras de despedida aún colgaban en el aire, pero mi mente ya había comenzado a divagar. No fue una conversación difícil, pero tampoco fue fácil. Simplemente... no sentía lo mismo. No pude evitar sentir un leve alivio cuando ella se marchó.

Respiré profundamente, dejando que el aire fresco de la tarde llenara mis pulmones. Miré a mi alrededor, buscando a alguien en particular. Y allí estaba Giyuu, a unos metros de distancia, completamente absorto en su celular, como si el mundo a su alrededor no existiera. Había algo reconfortante en su presencia, incluso en momentos como este. Me acerqué a él, buscando la familiaridad que siempre encontraba en nuestras interacciones.

— Es tu graduación deja el celular. —le dije en tono de broma, aunque también había una pizca de verdad en mis palabras. Era nuestro último día aquí, y merecía disfrutarlo.

Giyuu hizo un sonido de reconocimiento y guardó el celular sin protestar, lo cual me sorprendió un poco. Me miró con curiosidad, haciendo que mi corazón latiera un poco más rápido.

— ¿Cómo te fue con la chica? —preguntó, con ese tono casual que siempre usaba.

Hice una mueca.

— Ella enviaba las cartas. —respondí, sin rodeos, esperando ver su reacción.

Él frunció el ceño, claramente sorprendido. Sus ojos me examinaron por un momento, buscando algo en mi expresión antes de hablar.

— Vaya... —fue lo único que dijo.

Asentí, sintiendo el peso de la conversación. Había sido un día lleno de revelaciones, y necesitaba compartirlas con alguien, especialmente con Giyuu.

— Sí. También me sacó de algunas dudas. —continué, observando cómo él inclinaba la cabeza, siempre atento— ¿Recuerdas lo de los rosales? Pues resulta que ese día, ella estaba por ahí y me vio.

Giyuu parpadeó, como si intentara procesar la información.

— ¿Así de simple? —preguntó, su tono lleno de escepticismo.

— Eso dijo. —respondí, encogiéndome de hombros. A veces las cosas eran tan sencillas que resultaban difíciles de creer.

Giyuu no parecía completamente convencido, pero antes de que pudiera decir algo más, una idea pareció cruzar su mente.

💌༘   Love Letter; 𝑅𝑒𝑛𝐺𝑖𝑦𝑢𝑢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora