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Un día Octavio salió muy temprano del departamento, se despidió de Isabella diciéndole que iría a desayunar con unos socios de la constructora, así que agarró su portafolio que tenía en la mesa y sin darse cuenta que había un sobre debajo del portafolio que calló cuando él lo jaló. Isabella se dio cuenta tiempo después y decidió ir a buscar a Octavio para entregárselo ya que tenía una nota que decía invitaciones de boda. Ella quería ver las invitaciones junto con su amado. Isabella caminaba por el parque con una hermosa sonrisa que iluminaba su rostro, todo le parecía tan bello, tan perfecto nada podría estropear ese momento. Llegó al restaurante que Octavio solía frecuentar con sus socios, entró y se quedó parada casi en la entrada mientras buscaba con la mirada a Octavio y lo vio sentado en una mesa al fondo, ella le dirigió una sonrisa de pronto una hermosa chica cruzó junto a ella y le dio un ligero empujón y se dirigió con dirección a Octavio, ella se quedó paralizada al ver que su prometido y la hermosa mujer se daban un beso en la boca, ella no lo podía creer. Octavio miro con dirección a la entrada y la vio, no sabía que hacer así que prefirió ignorarla, abrazó y jugó con su acompañante, ella sintió que su mundo se derrumbaba en un segundo, así que se dirigió al baño, después de tanto llorar y sentir que ya no tenía más lágrimas, entró al baño su rival y con una sonrisa burlona le dijo que Octavio es de ella y que era mejor que se alejará de él ya que ella no es nada a su lado, Isabella no respondió al ataque solo la miraba por el espejo mientras que la chica se reía, se burlaba, hasta que se cansó y se marchó.

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