Llego un día en donde a Isabella la mandaron a cubrir un evento, ella era locutora y periodista, el evento era en un salón de fiestas muy elegante había mucha gente fina, ella iba bien vestida de tal manera que logró captar todas las miradas de las personas. Empezó a entrevistar gente, los fotógrafos, las personas, todos tenían los ojos sobre ella y su belleza. De pronto, las miradas el flash de las cámaras se dirigieron a la entrada del salón, era una pareja que caminaban agarrados de las manos muy felices se veían, era Octavio y aquella mujer del restaurante que anunciaban su compromiso y su boda próxima, la chica muy presumida enseñaba el anillo a las cámaras. Isabella sin poderlo creer miro fijamente a Octavio que en ese momento volteó y sin pensarlo dos veces la volvió a ignorar y con una gran sonrisa le dio un beso a su prometida. Isabella salió corriendo de aquel lugar. Cuando llegó a su casa se puso a llorar desconsoladamente tiró todo lo que había en su paso, hasta aquel sobre que decía Octavio invitaciones, se agachó para verlas y se llevó una terrible sorpresa, si eran las invitaciones pero para la boda de Octavio con Clarisa, así se llamaba la mujer que le robo su felicidad, sin detenerse hizo cachitos las invitaciones, de coraje sacó todas las pertenencias de Octavio a la calle.