Pasaron los días y las semanas, en los periódicos y las redes sociales se difundía la noticia de la boda, y obviamente eso lo hacía sentir mucho peor. Llegó el día de la boda, fue echo en un jardín verde hermoso con muy pocos invitados, Octavio y Clarisa estaban frente al juez casándose, se dieron el sí, firmaron el acta, cuando el juez iba a decir unas palabras, apareció Isabella, ella vestía de rojo con negro y se veía más hermosa que nunca, todos estaban en shock, pensaron que ella haría un gran escándalo. Clarisa y Octavio estaban paralizados nadie sabía que hacía ella ahí, Isabella no dijo nada solo camino hasta donde estaban los novios parados, se acercó agarró las manos de los novios y delicadamente los separó tomando solamente la mano de Clarisa, Isabella sacaba un anillo de su dedo y lo comenzó a meter en el dedo de Clarisa justo encima del de compromiso, casualmente los anillos de ambas eran iguales, lentamente volvió a unir su mano junto entrelazado al de Octavio y sólo dijo dos palabras POR SIEMPRE, Isabella se dio la vuelta y poco a poco se empezó a retirar sin voltear atrás, con el paso del tiempo ella se mudo a otro departamento ya que el anterior le traía recuerdos e intento rehacer su vida a lado de una hermosa bendición que habitaba en su vientre.
Fin
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