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La sala de entrevistas estaba iluminada con luces suaves, creando un ambiente relajado para los pilotos, quienes ya se habían acostumbrado a responder preguntas para sus redes sociales. Checo Pérez y Max Verstappen se sentaron lado a lado, con sonrisas en sus rostros, listos para enfrentarse a una nueva ronda de preguntas enviadas por sus seguidores.

Ambos conservaban un buen humor, considerando que esta era su sexta entrevista del día. Tal vez se debía al buen clima en Bélgica, o a que les habían permitido salirse un poco de su estricta dieta, o tal vez, simplemente, disfrutaban de su mutua compañía, sabiendo que pronto se separarían por el parón de verano.

—¡Hola, chicos! —saludó un chico del equipo de comunicación de la F1, sujetando con firmeza el pequeño y cuadrado micrófono en su mano—. Hoy tenemos a dos grandes de la Fórmula 1: Checo Pérez y Max Verstappen. ¿Listos para responder algunas preguntas?

—Siempre listos —respondió Max con su tono relajado, lanzando una mirada cómplice a Checo.

El mexicano se limitó a asentir, esbozando una ligera sonrisa hacia el entrevistador.

Las preguntas comenzaron con temas ligeros: sus carreras favoritas, cómo se preparaban para las competiciones y cómo mantenían la concentración en la pista. Checo y Max respondieron con naturalidad, intercambiando bromas que hacían reír tanto al entrevistador como al equipo de producción. El ambiente era ameno, y todos a su alrededor parecían disfrutar de la interacción, pero, sobre todo, los dos pilotos de Red Bull.

—Aquí hay una pregunta interesante —dijo el entrevistador, lanzando una mirada sugerente hacia los pilotos mientras leía una de las tarjetas—. ¿Qué piensan del término "Chestappen"? Ya saben, ese bromance que los fans siempre mencionan en todas las fotos donde salen juntos.

Max levantó una ceja y sonrió, claramente disfrutando de la atención que el tema generaba.

—Bueno, creo que es algo que nuestros fans han inventado —respondió Max, mirándola a Checo con una sonrisa—. Simplemente disfrutan vernos pasar tiempo juntos y llevarnos tan bien por ser compañeros de equipo, pero ¿quién soy yo para negarles ese placer?

Max se acercó más al mexicano, pasando juguetonamente su brazo por los hombros de su compañero. Checo, acostumbrado a las bromas de Max, rió entre dientes, sin alejarse del contacto del neerlandés, pero no pudo evitar que un leve rubor se asomara en sus mejillas.

—Sí, claro, todo por los fans —dijo Checo, tratando de sonar casual.

El entrevistador, notando la química entre ambos, decidió seguir por ese camino.

—Checo, se rumorea que estás soltero últimamente, ¿es cierto?

Checo se cruzó de brazos y sonrió con una mezcla de humor y resignación. Habían pasado ya tres meses desde que había terminado su relación con Carola, pero la noticia se había vuelto viral apenas unos días atrás, después de que una imagen del piloto mexicano junto a una modelo francesa circulara en las redes.

—Sí, es cierto. Estoy soltero —dijo, haciendo una pausa dramática—. El puesto para ser mi pareja está libre, así que manden sus CVs.

La sala estalló en risas, pero Max, siempre rápido para aprovechar una oportunidad, no dejó pasar el comentario.

—¿A dónde envío mi currículum? —preguntó Max, con una expresión que oscilaba entre la broma y la seriedad.

Checo lo miró sorprendido por un segundo, pero luego soltó una carcajada, negando con la cabeza.

—Tendré que revisar mis bandejas de entrada, entonces —respondió, intentando mantener el tono ligero.

La entrevista continuó por unos minutos más, tocando otros temas antes de que el entrevistador anunciara el final. Ambos pilotos se despidieron, agradeciendo a los fans por su apoyo constante.

[...]

Más tarde, ya en su habitación de hotel, Checo se dejó caer en la cama con un suspiro de cansancio. Había sido un día largo, lleno de compromisos antes del esperado parón de verano. Tomó su teléfono, listo para desconectarse y disfrutar de un merecido descanso.

Sin embargo, al desbloquear la pantalla, notó un mensaje de Max. Con el ceño fruncido, abrió el chat, solo para encontrarse con un documento adjunto. Curioso, lo descargó y lo abrió, solo para quedarse boquiabierto.

El documento era, nada más y nada menos que el currículum de Max Verstappen. Bajo el título "Candidato a novio de Checo Pérez", Max había listado sus "habilidades", "experiencia" y "referencias", todo escrito en un tono claramente humorístico, pero no sin un toque de sinceridad.

Checo soltó una risa incrédula y se dejó caer de espaldas sobre la cama, aguantando la tentación de responderle de inmediato. Era solo una broma, ¿verdad? Pero, ¿por qué su corazón estaba latiendo un poco más rápido de lo normal?

Con una sonrisa que no podía controlar, apagó el teléfono y cerró los ojos, dejando que la sensación de una broma inesperada, pero quizás no tan irreal, lo acompañara hasta que el sueño lo venciera.

The CV | ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora