Adicta A Él

CAPÍTULO 3

Olivia Gardeng.

Apenas a pasado dos días desde el reencuentro.

¿Sinceramente? Me siento como la mierda.

No he salido de mi habitación en todo ese tiempo, no he querido enfrentarme al mindo nuevamente. Mi seguridad se fue a la mierda temporalmente.

Casi ni lo noté. Te has comido tres botes de helado seguidos y del asqueroso.

¡Oye! El helado de menta con pasas es otro nivel.

Si, el nivel más asqueroso.

¿Quién carajos junta menta con pasas?

En fin, ignorando a mi pesada conciencia, me encuentro echa bolita entre mis almohadas con una Fernanda furiosa en la puerta.

—¡Hoy vamos a salir! ¡Sal de esa cama ahora mismo!

—He dicho que no! No tengo los ánimos suficientes. –Puedo escuchar el momento claro dónde Fer golpea su cabeza contra la puerta, seguido de un quejido.

¿Le dolió?

Bueno...considerando su estado emocional actual dudo mucho que si quiera lo haya sentido.

Fer abre la puerta y me mira con ojos entrecerrados; su cabello normalmente rebelde estando suelto con rizos definidos, vestido corto y brillante, maquillaje no muy cargado pero resaltando facciones y unos tacones con los que yo no me atrevería ni a dar un paso... Mmmm.

Sospechoso.

—Te digo que te levantes, no es una petición es una orden. –Sus ojos centellean con anticipación de algún plan malvado para mí– Te vas a arreglar ahora, ponte perra y espérame abajo...¡Cuento tres y llevo dos!

¿Qué?

¿Qué?

Asiento y me levanto, viéndola cautelosa y me encierro en el baño.

🍻🍻🍻

—Fer, esto no me gusta. –Me quejo por enésima vez en la noche.

—No seas pesada y relájate.–Con esa respuesta, me toma de la mano y nos hacemos espacio entre la gente para llegar a la barra.

Estamos en una discoteca. Fernanda, literalmente, me arrastró aquí con la excusa que tomara alcohol y me consiguiera un ligue para ahogar mis penas en vez de helado.

Cada vez amo más a nuestro bomboncito de chocolate.

¿Que te pasa? ¿Ahora estás en contra de mí?

Si ¡Anda y bebete una botella de tequila para que quites el helado de tu boca!

Jalo incómoda el borde de mi vestido, el cuál es muy corto, y miro a mi alrededor.

No me ha llamado nunca la atención eso de emborracharme y bailar en una bola humana muy sudorosa.

Puedes perder muchas cosas. Llaves, teléfono, dinero...

Virginidad.

¿Qué?

¿Qué?

Deja de hacer eso. Eres muy molesta.