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Antes (7)










Dos años habían pasado desde la última vez.

Los dos años más largos de toda su existencia.

Sin Shoto...

Sin su madre...

Hiro no se sentía viva.

El solo hecho de recordar lo ocurrido aquel día hace dos años aún la hacía llorar y una rabia interminable se apoderaba de ella.

La sed de venganza era grande, al igual que la frustración y la impotencia.

Porque Hiro a pesar del tiempo transcurrido, no había podido cumplir su promesa.

Yamashi, su padre, seguía viviendo el día a día feliz como siempre.

Ni siquiera había logrado verlo lo suficiente en estos dos años.

Hiro había estado encerrada siempre.

Eran pocas las ocasiones que se le permitía salir de las cuatro paredes de su habitación y nunca era privada de la prisión de sus grilletes.

Solo habían bajado la intensidad de su poder para que no estuviera en ilusiones constantemente y simplemente bloquearán su particularidad permanentemente.

Hiro solo se le permitía salir para ver a su padre, cosa que no hacía por propia voluntad nunca, y para ver a Toya, quien aún no salía del coma.

A este último sí iba a visitarlo en múltiples ocasiones.

Hiro no sabía la razón o el motivo, pero ver a Toya y hablar con él, a pesar de que este no podía responderle, era algo que calmaba su pena, al menos un poco.

Tenía a Tenko pero... este había cambiado mucho en todo ese tiempo.

Su apariencia había cambiado...

Sus gestos... sus hábitos... casi todo parecía diferente.

No sabía si se trataba de la influencia de su padre, o del trauma que aquel día había dejado en su subconciente.

Pero Tenko se volvió otra de las personas que casi no veía.

Y cuando venía a verla se comportaba extrañamente.

Era como si su edad mental se hubiera retrasado varios años.

Ahora siempre cubría su rostro y no lo dejaba casi nunca tocarlo.

Además, que la trataba con tanto cuidado como si ella fuera un cristal.

Esto a veces llegaba a molestarla, porque a veces era muy excesivo.

Hoy era de esos días en los que iba a ver al hermano de aquel chico que tanto quería y que tanto echaba de menos.

Y, como para nunca olvidar su persona, Hiro portaba una horquilla que recogía su flequillo con forma de muñeco de nieve.

No se la había quitado en los dos últimos años como si de un amuleto se tratara.

Y tal vez... solo tal vez había sido lo que le había permitido permanecer cuerda después de todo lo ocurrido.

La chica miraba distraídamente por la única ventana en aquel cuarto.

El sol que nunca tenía oportunidad de ver, solo en contadas ocasiones, le hacía entrecerrar los ojos color lavanda, pero extrañamente no sintió ningún tipo de molestia ante el tacto del sol en su piel.

SNOWMAN [Todoroki Shoto]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora