Capitulo 4

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- Ven, la cena está lista, Kitty. - Lauren rodó los ojos, ignorando el apodo que Camila le había colocado luego de reparar en su pijama tapizado en pequeñas Hello Kittys.

- Así que mi chica de las cavernas sabe cocinar, ¿Eh? - Respondió la pelinegra divertida, mientras se sentaba frente a Camila sobre un taburete de la cocina.

La morena soltó una carcajada.

- Sólo hamburguesas, cariño. - Susurró, depositando un plato con dos hamburguesas y puré de caja frente a Lauren.

La ojiverde le sonrió con dulzura a su novia, antes de proceder a ingerir prácticamente todo lo que había en el plato.

- ¡Fiesta en lo de Al! Sus viejos están de viaje, no puedes decir que no, Cabello. - Luego de la cena, cuando ambas se encontraban fregando los platos en la cocina, Jasón hizo su gloriosa entrada fumando un cigarrillo y tomando ya las llaves de su moto.

Camila le echó una mirada a a ella y luego a su amigo.

- No lo creo, Jasón, Lolo está cansada y-

- Vamos. -

- ¿Qué? -

La morena se giró hacia Lauren, que se encogió de hombros mientras repetía.

- Vamos. -

- ¿De veras quieres ir, nena? -

- Por supuesto que sí. Esto es lo que tú sueles hacer, quiero ir. - Susurró con una sonrisita, y Camila inspiró hondo, deseando que Lauren no saliera corriendo al echarle un vistazo más de cerca a la vida que ella llevaba.


***


- Deberías haberme avisado. - Masculló Lauren, mientras caminaba enganchada bajo el brazo de su novia dentro de la casa de Alice Evans.

- ¿De qué? -

- De que todo el mundo viste de negro aquí. - Respondió de vuelta, bajando la mirada hacia su vestimenta.

Era una noche cálida, por lo que a Lauren no le pareció inapropiado vestir un vestido de verano blanco y adorable. Claro que luego de llegar a la gigantesca mansión de la dueña de casa, su opinión cambió radicalmente.

- Luces como un ángel. -

Lauren levantó la cabeza, echándole a Camila una mirada reprobatoria.

- Esa no era la idea. -

Camila soltó una carcajada, encontrando graciosa la forma en la que Lauren se preocupaba por encajar en un grupo de gente que siempre era rechazada.

- Estás preciosa, Ojitos, siempre lo estás. - Camila la estrechó más contra su costado. Y Lauren estuvo a punto de responder, pero se vio interrumpida por un torbellino pelinegro que se paró frente a ellos, sonriendo de oreja a oreja.

- ¡Camila! Pensé que no vendrías. - Recién en ese momento, la muchacha pareció reparar en Lauren, y abrió los ojos como platos. - ¡Así que era verdad! - Camila la miró con una ceja arqueada, y Lauren esperó a que ella continuara. - ¡Sales con Lauren Jauregui! No es por nada, Lolo, pero nunca, nunca me hubiera imaginado verte por aquí -

Lauren sonrió, decidiendo que esa muchacha de cabellos en punta y un enorme sonrisa le caía bien.

- Yo tampoco. - Respondió, y Camila soltó una risita entre dientes mientras la miraba con ternura.

The Tattoo (Camren) Mini-historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora