—La última vez que te vi, no estabas tan delgada, pero todavía me acuerdo de ti. Fue una de las mejores noches que pasé en aquel lugar, ¿sabes?— Él había sido mi cliente. No me acuerdo exactamente de él, no sabía su nombre, pero tenía la impresión de que lo había visto en algún lugar. ¿Y dónde más habría de ser?—Yo...— Comencé, pero no sabía con seguridad que decir. Quería que él saliera de cerca de mí, quería que él dejara de hablar cosas en mi oído mientras iba subiendo sin ceremonias sus manos por mis piernas, pero no podía moverme. Estaba en pánico, y por más que yo quisiera, tomar una actitud era imposible.
—No... Sólo quería...—
—¿Sabes lo que pienso? Creo que es un desperdicio. Eres tan buena en lo que haces...— ¿Por qué tenía que recordarme? ¿Por qué tenía que reconocerme? .—No puedes desperdiciar un talento tan bueno así, querida. ¿Dónde has visto, una chica tan talentosa dejar eso de lado?—
—No lo hago... más. ¿Me vas a dar empleo?— Sentí su risa contra mi cuello, y me estremecí.
—No puedo permitir que una puta trabaje en mi cafetería, amor. Trata de entender. Pero si quieres ofrecer otros servicios...— Diciendo eso, él agarro rudamente mi mano y con fuerza, la apretó contra su erección. Eso fue el gatillo para que mi sistema nervioso hiciera algo y me permitiera tener alguna reacción. Me levanté muy rápido, lo que me hizo caer de la silla en la que estaba sentada. Él continuó mirándome con una sonrisa pervertida, mientras me miraba otra vez de arriba abajo. Antes de que pudiera darme cuenta, salí corriendo de la habitación, chocando con el hombre que me había atendido antes. Él notó mi estado de desesperación, pero obviamente no entendió lo que estaba pasando.
—Lo siento, espero que consigas trabajo en otr...— Ya estaba en la puerta que daba a la calle, y no paré un segundo ni siquiera para mirar atrás, mientras desviaba algunas personas despreocupadas. De repente sentí mi cara más fría, así que me di cuenta de que estaba mojada. No noté cuando las lágrimas habían comenzado a bajar, pero no importaba.
—¡Mierda! ¡Maldita mierda! ¿Por qué nada funcionaba en mi maldita vida?— Hablé para mí misma, aún caminando rápido, sin un destino correcto. Algunas personas me miraban como si fuera algún animal de circo, y las ganas que tenía de mandarlos a la mierda a todos era grande.
Estigma. Desgracia. Mi pasado sería siempre una desgracia en mi vida, y yo siempre tendría que huir de él. La duda era si podía huir de él para siempre, se podría contar siempre con la suerte, o si habría que aceptar que las cosas como las que acababa de suceder podrían suceder otra vez. No podía contener las lágrimas que caían, pero no era como si realmente estuviera tratando. Simplemente no me importaba nada de nada, porque nada no tenía ninguna importancia.
Después de mucho tiempo y probablemente una larga caminata, miré alrededor y noté que no sabía dónde estaba. Todo bien, eso sólo era una de las cosas malas que siempre me pasaban, y yo ya me estaba acostumbrando con aquella maldita falta de suerte. Me senté en un banco y traté de calmarme, porque no podía encontrar el camino de vuelta si no estaba razonando bien. Desafortunadamente, el intento de enfocarse sólo hizo que una rabia intensa se apoderara de mí, y junto a ella, una indignación mayor de la que venía sintiendo durante todo ese tiempo. Estaba airada, inconforme y miserablemente infeliz. Estaba acabada, estaba cansada de intentar ser otra persona. Cansada de fallar, de intentar y nunca conseguir nada.
Cansada de no tener una oportunidad, cansada de ser humillada y disminuida. Pero al final de cuentas, era sólo lo que era. Una puta. Y una puta no podría ser otra cosa más que puta. Debería saberlo.Me quedé de pie. Sequé las lágrimas y decidí que no importaba más. Yo sería lo que tenía que ser, porque era sólo para eso que yo servía, si era sólo eso lo que podía hacer, entonces sería de esa manera. Sabía que ahora adoptaba una expresión dura y vacía, y si mi expresión expresaba el vació que sentía, debería estar aterradoramente neutra y sin vida. Pero no importaba. Nada importaba. Necesitaba algún tiempo para localizarme.
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My sweet prostitute (FreenBecky g!p)
FanfictionFreen Sarocha Chakimha es una empresaria que se mueve en grandes negocios. Rebecca Armstrong es una prostituta de lujo, que a pesar de sentirse extremadamente mal por eso, no encuentra una salida para salir de esa vida. Freen sufrió una gran decepc...