Dance with Asmodeus [Song-fic Snirius]

Capítulo 2

Esta parte está narrada por el Duque Sirius.

Hoy me había levantado de un humor horrible. Tuve que reprender a una de las mujeres que casi quema el sótano, encontré la antigua habitación de mi hermano (tuve sexo ahí está noche, no me di cuenta que era su antiguo dormitorio) y cuando me desperté encontré mis antiguas fotos… aún estaban esparcidas por toda la mansión y yo ya no soportaba ver esa cara infantil que solía tener.

Hoy hacía un poco de frío, pero igual las almas bajo mi mansión solo vestían esa túnica rosada con negro, y en el caso de mi bello Verus una túnica verdosa grisácea. Todas las túnicas estaban hechas a la medida, solo cubrían hasta la mitad de la rodilla y algunas eran cubriendo la rodilla o por encima.

No era un monstruo, obviamente encendí la estufa y dejé que se calentará el sótano.

Estaba llevando mis cuadros viejos hasta por encima de la estufa, uno apilado sobre otro y logré encender el fuego con algunos de ellos.
Sentí como unos pies descalzos caminaban con delicadeza y movimientos suaves, su túnica verde se ondeaba sobre sus muslos y su piel pálida.

— Severus — Dije, el tragó saliva y miró hacia mi cara, buscando mis ojos que ya lo miraban.

— Duque Sirius — Esa voz era mi razón para sonreír en ese caótico día, pero lo detuve con una mano y me giré sobre mis zapatos negros para mirarlo de costado.

— ¿Que quieres, amado mío? — Pude ver cómo un escalofrío hacia que sus hombros se tensaran y su piel se erizara.

— ¿Me permitiría acompañarlo? — preguntó con una sonrisa, sabía que lo consentía por sobre todas las mujeres de mi harem. Imité el gesto y me hice a un lado para darle un lugar junto a mi — Gracias… Duque Sirius — Dijo ahora a mí lado, tomé un cuadro tras otro y veía como se quemaba la tela y el marco sobre las brasas.

Tomé el último cuadro, era una foto mía de mi adolescencia. Odiaba esa foto más que a las otras, pues reflejaba una cara que había sido objeto de burla por su familia.
Cuando tire esa imagen, dirigí una mirada al chico a mi lado, su bella cara pálida era iluminada por las llamas del fuego y sus pupilas brillaban por la luz que salía de el fuego.
El era un amigo de la infancia, uno de los que me habían ridiculizado (aunque yo tampoco había sido un santo con él)…

Cuando esa foto se quema, mi mente vuelve a recordar que esa fue la última foto por quemar, había sido divertido quemar esas imágenes.
Tomó la encantador joven a mí lado y lo jaló del brazo para besarlo, nuestros labios se unen, los suyos saben a menta, me encanta. Lo besó con pasión, presionó mi lengua contra sus labios y luego contra su lengua, suelto su mano para tomarlo de la cadera y el pone sus manos contra mi pecho.
Siento como su corazón se acelera.

Cuando nos separamos el me mira a los ojos y yo miro los suyos.

— Señor yo…

— Shh — lo abrazo y el corresponde apretando mi espalda, yo lo acerco tomándolo de la cintura.

Con el tiempo el abrazo se volvió nuevamente un beso y de mis labios salieron esas palabras — "Ven, ¿Bailamos?" — Una sonrisa hizo que mis comisuras se curvaran.

Bajé mis besos hacia su cuello y subí su túnica para tocar su espalda desnuda, lo llevé entre risas a mi habitación donde una vez que el sabor libido de la lujuria lo cegó no hubo vuelta atrás, sus ojos se llenaron de lágrimas de placer y sus gemidos resonaban por la habitación. Mis oídos nunca escucharon sonido más melodioso…
Quería decirle dos palabras… era una cosa que pasaba por mi mente en el momento pero que por la Lujuria no puedo recordar…
"Te amo…"
Pero no lo dije y solo seguí hasta que las sábanas se quedaron húmedas y el líquido blanco, fruto de nuestro acto carnal brotaba por sus piernas y su boca lo tragaba con dificultad.
Al final, el se limpió la boca y se dispuso a marcharse dejándome en la cama, pero yo lo tomé por el brazo y lo empujé hacia la cama nuevamente.

— Siri- Duque Black… tengo que irme — Dijo ahora cubriéndose con una manta, acostándose nuevamente junto a mi.

— Te ordeno que te quedes a mi lado — Severus no se quejó, solo me abrazó y ambos nos quedamos dormidos.