Capitulo 2 -La presa-

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Cuando me levanto Lucia ya se ha ido, son las 10:30 de la mañana y alguien toca muy fuerte a la puerta. Retumba por toda la casa. ¿Quién coño será ahora? bajo en bragas y en camiseta de tirantes a abrir la puerta me asomo por un lado y no hay nadie...Noto una mano bajarme por el hombro y cogerme fuerte de la cintura.- No vuelvas a abrir la puerta sin ropa.- Es el chico de ayer , quiero salir corriendo pero algo me atrae hacia él. No me puedo mover. Me he quedado en shock, las preguntas mejor para luego, por ejemplo, ¿cómo coño ha entrado a mi casa?.-¿Y tú quién coño eres para decirme lo que tengo que hacer?.- Responde a mi pregunta con una risita cuando se quita la mascara...Damian. El es.. es el líder de la mafia. Antes de que pueda decir nada más me coge de las muñecas y me tumba en el sofá.- ¿Quieres conocerme de verdad?.- Me comienza a besar el cuello y tiro mi cabeza hacia atrás para después volver a la realidad y pegarle una patada en la barriga. Ni se inmuta. Me escapo de el y corro hacia la tercera planta. La habitación de arriba. Subo corriendo y el me sigue caminando, cuando voy a abrir la puerta del ventanal esta cerrada. Todo esta cerrado me tira de la mano y me sienta en la silla. Me pone una mascara de esqueleto en la boca y me pone unas esposas en las manos.- Y ahora vas a recibir tu castigo pequeño pajarito..- me sube las manos a la pared para después quitarme la mascara con los dientes y besarme. Me derrito pero igual vuelvo a la realidad y con las espuelas le doy en la cara. Desgraciadamente el beso se acaba. Me mira sonriendo con la mirada y me sienta en él.-Eres fuerte pequeña. Pero estas deseándome por dentro. Igual que yo a ti.- Lo callo yo con un beso que le sorprende pero cuando voy a pedir más el se aparta y coge una daga para cortarse, se hace una herida en el dedo y se lo que tengo que hacer, no soy gilipollas, es mas fuerte que yo y es.. es Damian, el líder de la mafia, pero mi carácter es fuerte y decide tomar el control rodeo con mis pies su espalda y llego a un bolsillo en el que tiene la llave de las esposas, la cojo entre los dedos mientras el se hace la herida y me inclino hacia adelante cosa que no le importa nada a Damian. Cojo la llave con los dientes y me quito las esposas. Le pongo una en una mano y le beso para distraerle, le pongo la otra y se ríe.- ay, lo que te queda por aprender..pajarito.- sus manos aparecen sin esposas y me vuelve a rodear sentándome en la silla, chupo su dedo lleno de sangre y sabe salado.- Buena chica..¿Has aprendido ya que hay que hacer caso a tu cazador pequeña?.- me dice y me levanto de la silla.-¿Cazador?jaja. No. Te estas equivocando, a la que tendrías que tener miedo es a mi Damian, yo soy tu cazadora y si intentas hacerme algo acabarás enterrado en ese bosque, con rosas de recuerdo.- Lo acorralo contra la pared y el gira sobre mi para acorralarme.- ¿Segura?.- no. que va, como voy a estar segura.- Segurísima.- Me deja ahí tirada y se va riéndose por la puerta. Se ha dejado las esposas aquí y las guardo en un cajón, por si acaso vuelve, le partiré la cara y lo matare hasta que no quede rastro de él. ¿Qué coño se piensa? Yo soy imparable, no me rindo, antes muerta que rendirme. Es un puto psicópata, me lo voy a cargar. Bajo por las escaleras y hay unas rosas en la mesa de la cocina.

Pajarito, nos vemos mañana, prepara las esposas y un cuchillo, podrás hacerme lo que tú quieras pequeña.

¿Ah si? Me parece genial. Subo a mi habitación y me tumbo en la cama, es una locura, Damian, Damian..Es..El líder de la mafia, ¿cómo cojones lo pienso matar? Tendré en mano un cuchillo, pero sé que me lo quitara, así que tendré una daga escondida por si acaso. Empiezo a ver borroso hasta que me duermo. Tengo una pesadilla, siempre que las tengo grito muchísimo pero esta vez... esta vez noto algo, una caricia. Más bien alguien, alguien me acaricia. Cuando me levanto para ver si hay alguien no hay nadie, que raro. El psicópata ese me esta volviendo loca. Vuelvo a mi cama y me duermo.

Me levanto y miro la hora, 5:30 de la mañana, uff, ayer no pude dormir casi nada, tuve una pesadilla, me calmo algo, ahora que lo pienso, probablemente una ráfaga de viento o algo no sé. Me levanto de la cama y me tomo no uno, sino dos cafés. Salgo de casa y veo que en el coche hay una rosa, mi "cazador" se lo monta bien eh. Llego a mi oficina con ojeras y todo el mundo me mira raro, soy la jefa y me da igual como me miren, pero me vendría bien un espejo. Un mensaje rompe con el silencio y el resto de gente se pone a trabajar normal.

La sombra del esqueletoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora