Capítulo 2

6 0 0
                                    

En medio de la oscuridad Lucien aún podía escuchar el eco de unas risas lejanas, suaves y melódicas.

Un recuerdo amargo volvió a su mente junto a la imagen difusa del rostro de un chico que ya no podía reconocer.  

Ambos eran niños correteadose en mitad del bosque,  jugando y divirtiéndose.  Lucien no recordaba con detalle aquellos días, pero la promesa que había hecho en ese tiempo quedó grabada en su memoria como hierro candente.

Lucien recordaba la sonrisa inocente y alegre del niño, recordaba su cuerpo delgado— herido y desnutrido—,sus lágrimas y su miedo.

El lo había limpiado.  Él había hecho que ese chico andrajoso, escuálido y asustadizo volviera a sonreír y a tener una mirada brillante y esperanzada. 

Pero, en un segundo, todos los días cálidos y felices se le fueron arrebatados.

—¡Te atrapé!— gritó Lucien cuándo alcanzó el brazo de su amigo. Lo había perseguido por largos minutos —¡Te dije que no te ibas a escapar de mi!

—¡Eso no es justo!— replicó, tan pálido como una hoja. Sus cejas oscuras se fruncieron y forcejeó — ¡Eres un tramposo!

—Tu tienes piernas muy cortas — Lucien se burló soltándolo por fin.

El niño refunfuñó y sobó su muñeca.

— Tramposo —masculló y en respuesta Lucien se acercó para abrazarlo con suavidad.

— Está bien, a la próxima dejaré que tú ganes.

El niño infló una de sus mejillas en protesta.

—Bueno —masculló — .Aunque si me dejas ganar no es justo.

—Creo que tengo que irme pronto — el tono alegre de Lucien decayó al recordar que había pasado toda la mañana metido en el bosque—. Si no mi papá va a preocuparse. Pero ¿Nos vemos mañana en la plaza de la aldea? Habrá un festival. Y ¡Dicen que venderán tartas de frutas y pan de gengibre! 

— Hace mucho no como eso — La boca del pequeño casi se hizo agua de solo imaginar la comida. 

— Si no llegas temprano, te guardaré un poco — aseguró con una sonrisa amplia — Soy alguien generoso.

—No. Eres presumido.

Ambos rieron. Estaban dispuestos a continuar jugando, cuando de pronto Lucien sintió como alguien tiraba de su brazo con fuerza.

Su corazón se hundió del susto. Pensó que podría tratarse de una criatura del bosque, pero una voz familiar golpeó sus oídos.

—¡Te lo he dicho muchas veces, Lucien! No puedes adentrarte demasiado en el bosque. Está prohibido.

— No me adentré demasiado...

Era su padre, quién le miraba furioso. Después sus ojos se deslizaron hacia el pequeño niño que se encogía en su lugar.

—Alejate de él — dijo el hombre y ninguno de los dos amigos supo a cuál de ellos se refería.

Eiren se volvió hacia Lucien y lo forzó a caminar. Hundió sus dedos en la tersa piel de su hijo y presionó su muñeca.

— ¡Papá! — Lucien gimió de dolor pero Eiren lo ignoró y comenzó a arrastrarlo.

—¡Lucien!— La voz de su amigo intentó alcanzarlo.

Lucien forcejeó con todas las fuerzas. Eiren cansado de su rebeldía se detuvo en seco y se giró hacia el.

— Escúchame bien: No eres ni un fae, ni un mago para poder andar solo por este lugar — lo reprendió con severidad — Además, estabas con alguien que no conoces.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 28 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El Precio del Destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora