Reflejo

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-No has tenido nada a tu favor, querido hermano.

El aludido lo ignoró por completo. Ni siquiera apartan ala vista de la pared frente a él.

-Acabo de escuchar la decisión de Hades sobre ti y es momento de empezar a cumplirla - agregó mientras aquellas paredes empezaban a temblar bajo su poder.

En pocos segundos, bajo la mirada inexpresiva del tirano de los mares, la celda cobró una forma nueva.

Poseidón sabía que Hades haría algo, ya no se quedaría atrás como antes, contemplando las acciones de todos.

-Espera que lo disfrutes, ha sido pensado para tí - comentó Zeus antes de marcharse.

Poseidón bufó con molestia. No hay necesidad de tantas palabras. Zeus no le importaba en lo más mínimo. Solo ese humano.

Cerró sus ojos, sin preocuparse por el exterior. Tenía bastante tiempo para ver qué clase de castigo debía sobrellevar.

Sintió una calidez recorrer su cuerpo. No sé despertó.

Luego, el trinar de las aves comenzó a resonar más cerca suyo. Tampoco despertó.

-¿No quieres despertar, mocoso? - esas palabras fueron suficientes para que su cuerpo reaccionar acon sorpresa.

Ahí frente a él, estaba Sasaki Kojiro.

-Sasaki ... - murmuró acercándose a la figura.

Él está ahí. Era su cuerpo, su presencia y su voz.

Vió como la figura sonreía. Ese gesto que lo descontrolaba y lo enloquecía.
Poseidón levantó su mano en dirección al rostro del mortal, a pocos centímetros, la imagen se desvaneció.

-No podrás tocarme por tu propia voluntad aunque lo intentes  - alertó nuevamente la voz del humano en otra dirección.

-Asi que solo podré ver tu espejismo, eso no me hará ningún escarmiento - expresó indiferente el dios.

¿Realmente, Hades pensaba que esto era un buen castigo para él?

-Me temo que hay algo más que aún no has visto - dijo el humano.

El tirano de los mares miró hacia él. Pudo ver cómo aparecía su propia figura ante el samurái.

Tanto Poseidón como Sasaki comenzaron a pelear, aunque el humano recibía cada golpe sin responder. Herida tras herida, su fuerza se debilitaba.Poseidón observaba atónito como su propio cuerpo no respondía a su control. Podía verse a si mismo, lastimar al samurái innumerables veces.

Finalmente, el humano cedió antes los golpes y cayó sin vida al suelo.

Poseidón sentía molestia. No le agradaba ser el asesino de su humano. Aún así, no era grave.
Todo cambió cuando el ciclo comenzaba otra vez.

-Esto no es posible - gruñó con molestia.

Sus poderes, sus cuerpo, su voz, todo estaban en su contra. Atacaban sin piedad el cuerpo del Samurái frente a él sin descanso y a pesar de sus propios gritos.

Indefinidamente, el ciclo se repetía.

Sus manos se teñían de sangre, no podía detener ningún movimiento. Solo era el espectador y el asesino de su mayor deseo.

"Tendrá la misma pena que aquel humano que solo se amó a su mismo. Jamás podrá tener lo que tanto anhela y pensará que su reflejo muestra la verdad"

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En el Valahalla,  en las afueras de la Mansión del Edén


Era la cuarta vez que volvía al mismo lugar. Como si estuviera hechizado, su cuerpo regresaba por el sendero hacia aquel árbol alejado de toda civilización. Si levantaba la vista, muy cerca de allí podía ver el lugar donde había iniciado todo.

Donde le confesó sus sentimientos.

Dónde fue correspondido.

-¿En qué estoy pensando? Ya he tomado una decisión y no soy de las personas que se retractan una vez que se han decidido - se decía a si mismo contemplando todo a su alrededor.

En un movimiento, se sentó con brusquedad sobre aquel terreno. Tomó su katana y la depositó a su lado. A pesar de la insistencia de Hirst, quiso salir solo.

-Todo de alguna manera irá bien, no debo preocuparme. Siempre será así, no es nada que no haya experimentado. Es una nueva oportunidad, si debo pensarlo.

-¿Debes pensarlo? - escuchó nítidamente cerca suyo.

Abrió sus ojos con sorpresa ante la cercanía del emperador sobre su rostro.

-¡Qin! - gritó ante la impresión.

-Él mismo, espadachín dormilón - respondió con burla mientras se sentaba a su lado.

-No deberías asustarme así- comentó resignado el japonés.

-Si eso te asusta, entonces estás más preocupado de lo que esperaba. Quizás no deberías seguir con esto - agregó el emperador.

-No tienes remedio, rey. Eres muy inteligente para mi - agregó con ironía

-No, tú eres demasiado obvio, Sasaki. No es la primera vez que te encuentro en situaciones incómodas

-No me recuerdes eso por favor. Aún estoy avergonzado de eso y no quisiera a recordarlo ahora

-¿Tanto es tu deseo por dejar todo atrás?

-La verdadera cuestión sería si debo despedirme o no.

Qin miró hacia su amigo. Conocía su decisión por la segunda Valkiria. En el fondo, nadie le quitaba la idea de que estaba equivocado. Debía quedarse con ellos y sobre todo con Hades. Ahora debía encontrar la manera de que Sasaki se diera cuenta de su error.

-No intentes nada, Qin - dijo el primer ganador por la humanidad - conoces el valor del honor. Esto se ha vuelto un peso demasiado importante para mí. Y espero que respetes mí decisión y que no se lo digas a él.

-¿Crees que no se enterará? En este mundo, esa clase de noticias no pasará desapercibida.

-Quiero que Hades sea feliz por él. No quiero que siga sacrificandose por los demás. Es un dios, tiene un reino al que proteger y mantener. Debería ser más egoísta.

-Un rey no debe sacrificarse por su pueblo. Y lo digo con total conocimiento. Un rey debe permanecer en equilibrio entre sus deseos y la prosperidad de su reino. Hades me ha demostrado que es un buen rey. Casi a mí altura, debo decirte.

-Qin...

-¿Sasaki, dejarás que enfrente solo lo que pasó entre ustedes? Piénsalo, por un momento. Él también debe sentirse como tú y en cuánto sepa lo que el desgraciado del pescado hizo, él vendrá por ti.

-Lo sé, eso es algo que haría - comentó con cierta nostalgia.

-No quiero que te vayas pero es tu elección- el emperador se levantó del suelo con gracia. Su vestimenta podía deslizarse suavemente a través.lde la onda del viento- me atrevo a decirte esto porque valoro lo que has logrado por toda la humanidad, por tu esfuerzo aún después de morir y, por sobre todo, por la felicidad que ví en ti - hizo una breve pausa. Kojiro miró hacia los ojos ocultos del regente. Aunque deseaba hablar, no sabía qué decir - no dejes que un reflejo sea lo que te impida ver tu verdadero camino.

El emperador sin decir más se alejó del Einherjar. El humano quería olvidar pero su propio inconsciente le negaba cualquier intento.

-Esto no debe ser así. Ya lo he decidido por el bien de ambos y sobre todo, por mí.

¿Por qué? - Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora