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¿Soy un niño con problemas?
Sí.

Bueno al menos es un niño que admite sus defectos.

-Seguramente es un chico parecido a los tuyos, Riorson ¿verdad?- dijo el padre de Dain lo dice de forma burlesca.

Podríamos llamarlo así.

-Parece como si te hubiera respondido, padre- dice Dain

-Pódeis callaros ya- dice mi madre, en su tono general.

Podría empezar en cualquier momento de mi triste vida para dar prueba de ello, pero las cosas comenzaron a ir realmente mal en mayo del año pasado, cuando los alumnos de sexto curso fuimos de excursión a Manhattan: veintiocho críos tarados y dos profesores en un autobús escolar amarillo, en dirección al Museo Metropolitano de Arte a ver cosas griegas y romanas.

Esuche la risa de varios jinetes, y no faltaba razón. Pero, sobre todo la risa de Ridoc resuena en la habiración más que los demás.

Aunque, Jesinia está entrecerrando los ojos hacia los jinetes incluyendo el profesor Markham que ya estaba mirando mal a Ridoc. 

-Os recuerdo que los museos se encuentra información pasado de ese mundo, los cuáles nos serviran para saber que lugar estamos viendo.- dice Markham

Todos además del general Melgren, estaban mirando a Markham con cara de pocos amigos. 

-"Profesor", estamos viendo un sitio donde nos pueden explicar cosas. ¿Podrías cerrar el pico?- le digo.

Ya lo sé: suena a tortura.

OYE!- grita Jesinia, normalmente se ofendé cuando se trata del conocimiento. No pude evitar notar lo mona, casí le arrulló. La túnica la hacía ver como uno de los pinturas que había en una sección del Cuadrante, la capucha puesta parecía alguien más delicada y frágil aunque fuera mentira, los ojos brillando de emoción ante una nuevo conocimiento, además de las mejillas un poco sonrojadas al darse cuenta que estaba gritando a su líder de Cuadrante y el resto de la habitación salvo Nolon la miraraon con sonrisas. Pero, Sawyer la estaba mirando con algo más, la estaba mirando con adoración en sus ojos, también estaban ellos dos sentados juntos en el sofa de tres plazas.

La mayoría de las excursiones de Yancy lo eran. Pero el señor Brunner, nuestro profesor de latín, dirigía la excursión, así que tenía esperanzas.El señor Brunner era un tipo de mediana edad que iba en silla de ruedas motorizada. Le clareaba el cabello, lucía una barba desaliñada y una chaqueta de tweed raída que siempre olía a café. Con ese aspecto, imposible adivinar que era guay, pero contaba historias y chistes y nos dejaba jugar en clase. También tenía una colección alucinante de armaduras y armas romanas, así que era el único profesor con el que no me dormía en clase.

-Tiene pinta de ser un profesor competente - dice Xaden. Yo solo le puedo mirar con cariño, solo él miraría el lado bueno de tener un profesor que ayuda a los niños.

Esperaba que el viaje saliera bien. Esperaba, por una vez, no meterme en problemas.

-Esperemos- dijimos todos los jinetes de mi pelotón.

Anda que no estaba equivocado.

Y ahora tengo miedo. Ha saber que clase de problemas se va a meter en el futuro.

Verás, en las excursiones me pasan cosas malas y problemáticas. Como cuando en quinto fui al campo de batalla de Saratoga, donde tuve un accidente con el cañón de guerra de la Independencia americana.

¿Batalla? ¿No ha dicho que tenía  12 años? ¿ Y qué quiere decir con la guerra de la Independencia? ¿Es cómo la Rebelión?

Yo no estaba apuntando al autobús del colegio, pero por supuesto me expulsaron igualmente.

●●La Familia Encontrada●●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora